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Expresiones

Ven una renovación en poesía de Efraín Huerta

El editor Martí Soler, quien fue su amigo, afirma que la relectura de la obra del guanajuatense ha sido un redescubrimiento, porque permanece vigente

Juan Carlos Talavera | 16-06-2014
"Conmigo siempre fue una persona cariñosa, amable y sonriente, con quien se podía hablar directamente.” Martí Soler, editor

CIUDAD DE MÉXICO, 16 de junio.- La poesía de Efraín Huerta sorprende por sus múltiples facetas, su inalterable sentido del humor y su gran vigencia. Pero, sobre todo, su relectura ha sido un redescubrimiento, donde pareciera que el poeta reescribe nuevamente sus poemas, dice Martí Soler, coordinador de las actividades editoriales del Fondo de Cultura Económica (FCE) para los centenarios de Octavio Paz, Efraín Huerta y José Revueltas.

El editor detalla a Excélsior que en la nueva edición de la Poesía completa se incluyó un poema que no había sido documentado. “Se trata de El corrido de la enamorada, descubierto por Carlos Ulises Nava, el cual apareció junto con la crítica que hizo de la película Enamorada de El Indio Fernández”, detalla a dos días de que se celebre el centenario del nacimiento de Huerta.

¿Cómo conoció al poeta?

Conocí a Efraín en 1965. En ese momento, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz ordenó el cambio de dirección en el FCE. Entonces, un economista venezolano nos invitó a casa a Efraín. Ése fue mi primer contacto personal con él y partir de ahí hicimos una muy buena amistad e intercambiamos todo tipo de notas y cosas hasta su muerte en 1982.

¿Cómo llegaron a ser amigos?

Conmigo siempre fue una persona cariñosa, amable y sonriente, con quien se podía hablar de la manera más directa. Incluso, en un momento intercambiamos poemínimos. Entonces lo imité en alguno, se lo mandé y él estaba feliz con el asunto.

¿Usted editó alguno de sus libros mientras él aún vivía?

Claro, él publicó Poemas prohibidos y de amor en editorial Siglo XXI y tuve parte en ello. Fue el único libro que me tocó, aunque también leí 50 poemínimos antes de su publicación en la editorial Taller Martín Pescador, en 1978.

¿Hubo sugerencias a los Poemas prohibidos y de amor?

Él siempre estaba abierto a si uno sugería alguna coma, un punto o cualquier cosa; él lo aceptaba. Claro que eso fue hace tantos años que específicamente no podría decir qué vimos conjuntamente.

“Claro, algunas observaciones las aceptaba y otras no, como sucede con el criterio de un autor, como Efraín Huerta, que respeta su propio texto.”

¿Cómo ha sido la relectura de sus poemas?

La relectura de los poemas de Efraín Huerta ha sido un redescubrimiento. Pienso que su poesía se renueva cada día, pareciera que el poeta está otra vez escribiendo su poesía. Eso observé en su poesía completa que edité en 1988 y ahora que volvimos a editarla en la Nueva colección de poesía del FCE. Lo más importante es que su poesía sigue vigente de tal manera que llama la atención.

¿Qué encontró en su relectura?

Me sorprenden sus múltiples facetas. Fue un poeta que tocó el amor, la ciudad y su idea del mundo, de lo que sucedía en México y el mundo, sin dejar su gran humor. Por ejemplo, se ha dicho que su humor lo expresaba de una manera más firme a partir de su cáncer, pero no. Además, su poesía fue de lo más abierta y, a medida que pasaba el tiempo, su libertad de expresión era más amplia y se volvió más erótica, hasta llegar a los poemínimos, que eran la expresión más pura de su humor a veces sarcástico. Y por eso ahora publicamos cuatro libros para recordar su centenario: El Gran Cocodrilo en treinta poemínimos, Efraín Huerta. Iconografía, El otro Efraín. Antología prosística y su Poesía completa.

¿Qué enfoque se buscó con El Gran Cocodrilo en treinta poemínimos?

Este libro quiere despertar un chispazo en los adolescentes sobre la poesía de Efraín Huerta. Fue ilustrado por Dr. Alderete y, si observa el libro, se dará cuenta de que no hubo marginación alguna respecto a los temas, pues incluye algunos hasta cierto punto eróticos.

¿Y en Efraín Huerta. Iconografía?

Ahí encontramos fotografías que se relacionan con su vida y, al mismo tiempo, se incluye una cronología y el prólogo de Emiliano Delgadillo, el compilador, ilustrado con portadas de primeras ediciones y cartas de Alfonso Reyes, Octavio Paz y Lezama Lima, entre otras, de distintos momentos de su vida o poemas relacionados estrechamente con las fotografías.

¿Qué incluye el volumen El otro Efraín. Antología prosística?

Están sus ensayos sobre Mayakovski, López Velarde, sus crónicas de cine. Es un libro compilado por Carlos Ulises Nava, de la Universidad de Guanajuato, y muestra una relación completa que da una idea del Efraín prosista.

“Y cerramos con la reedición de su Poesía completa, aunque también se reeditó la antología de Carlos Montemayor sobre Huerta. Es un libro que llegará a los jóvenes a muy bajo costo.”

¿Existió una relación amistosa entre Efraín Huerta y Alí Chumacero?

Ambos fueron hijos de Ramón López Velarde y además fueron grandes amigos. Esa relación se puede apreciar en la exposición Efraín Huerta: un poeta del alba, cien años, que se exhibe en la Galería Luis Cardoza y Aragón de la Librería Rosario Castellanos, donde aparecen juntos.

¿Alí Chumacero ocupó un lugar especial para usted también?

Fue mi maestro cuando entré al FCE. Y una de las cosas que heredé de él fue mi pasión por la tipografía, la cual también era una pasión suya.

“Y, precisamente, estoy metido en una investigación sobre cómo influyó Alí Chumacero tipográficamente en los libros del FCE, cuando fue subgerente y gerente de producción de esta casa editorial, en los años 50 y 60 del siglo pasado.

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