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Expresiones

Hoy se abrirán cartas de Carlos Fuentes

La correspondencia que mantuvo con Octavio Paz se abrirá hoy después de 19 años de estar sellada en Princeton, universidad en la que el autor de Aura es el más consultado

Virginia Bautista/ Enviada | 15-05-2014
En su segundo aniversario luctuoso, Excélsior está en princeton, donde se revelará la correspondencia que tuvo con Octavio Paz.

PRINCETON, Nueva Jersey, 15 de mayo.- Los manuscritos originales de algunas de sus novelas, sus cuadernos de apuntes, las cartas que envió y recibió de sus amigos, los dibujos y caricaturas que evidenciaban su permanente buen humor, sus fotografías, sus discos, las películas que le fascinaban y hasta sus papeles contables.

Los gustos, las ideas y la obra del escritor mexicano Carlos Fuentes (1928-2012) parecen estallar de las 177 cajas “repletas de documentos” que resguarda la Universidad de Princeton. A lo largo de 61 metros lineales de estantes resguardados en una bóveda especial, los pequeños compartimentos color beige representan un tesoro cultural para los investigadores.

Adquirido por la casa de estudios estadunidense en 1995, el archivo personal de uno de los intelectuales más importantes del siglo XX mexicano, cuyos documentos van de 1950 a 2012, “está entre los más destacados y consultados en la División de Manuscritos y es también uno de los más extensos”, afirma el investigador Fernando Acosta-Rodríguez.

El bibliotecario para Estudios Latinoamericanos de la Biblioteca Firestone de la Universidad de Princeton detalla en entrevista con Excélsior que Carlos Fuentes’ Papers es uno de los acervos más vitales de entre los 70 que la universidad ha adquirido desde 1974, hecho que la coloca a la vanguardia en el estudio y la preservación de la obra de escritores latinoamericanos.

Una de las joyas de la colección Fuentes, explica el estudioso, es el manuscrito original de su novela La muerte de Artemio Cruz. Y otras se podrán descubrir hoy, cuando se abran las dos cajas, la 305 y la 306 (antes contenidas en la mítica 135), que a petición del autor de La región más transparente se sellaron hace 19 años para revelar su contenido dos años después de su muerte, fecha que hoy se cumple.

Sin una ceremonia pública y sin la presencia de la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes, a partir de hoy quedará abierta para la consulta la correspondencia que el novelista sostuvo con los escritores Octavio Paz, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante, José Donoso, Philip Roth, Hélène Cixous, Roberto Fernández Retamar, Norman Mailer, María Ramírez y Jean Seberg.

Entre estos cientos de misivas, cuyo número exacto se desconoce, destacan las cartas sostenidas a lo largo de tres décadas (60, 70 y 80) con el poeta Octavio Paz, hoy Nobel de Literatura, a quien lo unió una amistad casi fraternal que se vio truncada en 1988, hecho que ha generado gran expectación.

“Hasta donde tengo entendido, el autor no ofreció razones (por las cuales decidió sellar las cajas). Sólo hizo la solicitud y ésta fue respetada según sus deseos”, agrega Acosta-Rodríguez.

Sobre el gran interés que despierta el archivo del también ensayista y cuentista, el estudioso piensa que se debe a que fue “un gran escritor que recibió amplio reconocimiento internacional, y porque su obra continúa fascinando a estudiantes e investigadores.

“Añadiría que al ser tan denso y completo, su archivo interesa porque, más allá de lo estrictamente literario o biográfico, revela innumerables detalles sobre eventos y tendencias culturales y políticas. A través de su archivo se pueden estudiar las redes intelectuales en México e internacionalmente, la relación de estos intelectuales con las instituciones, y muchos otros temas importantes para comprender la historia cultural y social de la segunda mitad del siglo XX.”

Acosta-Rodríguez ratifica que los papeles de Fuentes se encuentran en excelentes condiciones y que no ha sido necesaria restauración. “Están guardados en una bóveda que mantiene condiciones óptimas para la preservación.”

Y aclara que no han publicado libros sobre ninguno de los acervos. “La Biblioteca enfoca sus recursos en la preservación de las colecciones y en facilitar su consulta de manera segura y responsable.”

Vocación literaria

La Universidad de Princeton comenzó a formar su colección de documentos de escritores latinoamericanos en 1974, con la adquisición de algunos de los manuscritos y correspondencia del chileno José Donoso (1924-1996).

“Pero empieza a tener dirección y a ganar densidad a partir de los años 80, gracias a la visión y a los esfuerzos de Peter T. Johnson, el entonces Bibliotecario encargado de las colecciones latinoamericanas”, asegura Fernando Acosta-Rodríguez.

Dice que Donoso fue clave en los primeros años de integración de las colecciones, pues ofreció contactos y recomendaciones que luego resultaron en importantes adquisiciones.

“Las gestiones para adquirir los archivos personales de escritores latinoamericanos continuaron desde entonces sin interrupción. Y hoy no existe en ningún otro lugar un acervo que se le compare en extensión o en la cantidad de escritores representados. La colección es, sin duda alguna, uno de los grandes tesoros del Departamento de Libros Raros y Colecciones Especiales de la Biblioteca de la Universidad de Princeton”, añade.

Por esta razón, el investigador se resiste a nombrar documentos que puedan considerarse como las “joyas” más destacadas y hasta a pensarlos en esos términos, pues su valor, aclara, siempre depende de la mirada del estudioso.

“Ocurre con frecuencia que lo que en un momento dado pudo no haberme llamado la atención, luego resulta ser un gran hallazgo para alguno de nuestros visitantes. El valor principal está en las posibles lecturas que se puedan hacer de un documento o del conjunto, y no en el objeto mismo como pieza de museo. Por eso intentamos adquirir archivos completos, sin preseleccionar o filtrar categorías de documentos”, destaca.

El departamento guarda “los manuscritos de muchas de las obras literarias que hoy están reconocidas como entre las más importantes de las escritas durante el siglo XX de latinoamericanos”.

Algunas de las más emblemáticas son La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa, El obsceno pájaro de la noche, de José Donoso, Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante y La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes.

Una amistad truncada

En la literatura mexicana, la obra de Octavio Paz (1914-1998) y la de Carlos Fuentes (1928-2012) entablaron un diálogo apasionante, producto de una larga amistad que los enriquecía y los retroalimentaba.

La relación de los dos grandes de las letras mexicanas del siglo XX dio sus primeros frutos en 1955, cuando fundaron la Revista Mexicana de Literatura. La poeta Malva Flores los describe en una fiesta que dio Fuentes en su casa de Londres el último día de 1967, en la que estuvieron presentes también Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

Paz y Fuentes compartieron no sólo su pasión por las revistas literarias, juntos idearon Plural, que Paz dirigió en Excélsior de 1971 a 1976, sino también su lucha contra el autoritarismo y su amor por la verdad.

Se vieron en Londres, en París, en las universidades de Estados Unidos y en Barcelona, cuando Paz, tras renunciar en 1968 a su puesto como embajador de México en India, en protesta por la represión del movimiento estudiantil mexicano, llegó en barco y su amigo lo esperaba en el muelle, junto con García Márquez y Carlos Barral.

El crítico literario Julio Ortega ha afirmado que en la amistad entre ambos había “devoción, admiración, solidaridad, atención, intimidad, confidencias, y la lectura mutua que se dedicaron es prodigiosa”.

Por eso, la ruptura de esta amistad en 1988, a raíz de una crítica a Fuentes publicada por el historiador Enrique Krauze en la revista Vuelta que dirigía Paz, fue y sigue siendo lamentada por los amigos de ambos.

Las cartas cruzadas entre los dos amigos durante tres décadas, que hoy se abrirán en la Universidad de Princeton, echarán luz sobre esta relación única.

Llevarán biblioteca a Xalapa

La biblioteca completa del escritor Carlos Fuentes será enviada a la Universidad Veracruzana (UV), ubicada en la ciudad de Xalapa, donde será resguardada y puesta a disposición de los jóvenes universitarios, dijo a Excélsior su viuda y albacea, la escritora y periodista Silvia Lemus.

Detalló que la decisión fue del autor de La muerte de Artemio Cruz, por lo que en este año los cientos de ejemplares será enviados a esta casa de estudios. Esta decisión la tomó al considerar que su familia paterna era veracruzana: “su padre nació y vivió en Xalapa y entonces él quiso heredar su biblioteca a esta casa de estudios”.

Por otro lado, refirió que la correspondencia completa del escritor mexicano, así como sus conferencias, artículos y textos dispersos registrados entre 1995 y 2012, ya fueron enviados a la Universidad de Princeton, donde serán resguardados y conservados, según la voluntad del autor.

A dos años de su fallecimiento, ocurrido el 15 de mayo de 2012, Fuentes será evocado hoy, durante la lectura de su cuento Chac Mool, en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.

La actividad es organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes para festejar los 60 años de la publicación del texto y contará con la participación de José Luis Ibáñez.

Chac Mool narra la historia de Filiberto, un burócrata que cada Semana Santa suele rentar una pensión para pasar sus vacaciones en Acapulco, Guerrero.

¿Dónde y cuándo?

La lectura del cuento Chac Mool, de Carlos Fuentes, se realizará hoy, a las 19 horas, en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo (Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec), que contará con la participación de José Luis Ibáñez.

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