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El Tenampa, entre música e historia

El dueño de la cantina trajo a los mariachis que dieron la pauta para la tradición

Arturo Páramo | 12-09-2015

CIUDAD DE MÉXICO, 12 de septiembre.- La historia de la música vernácula, de la Plaza Garibaldi y del Salón Tenampa cumplirá en noviembre 90 años.

En esta relación se mezclan los mariachis, los grandes iconos del cine mexicano, el cambio de nombre a la plaza, la consolidación de una de las cantinas más tradicionales de México y el cambio en el estilo de tocar la música mexicana.

Los primeros mariachis que tocaban jarabes con guitarras, jaranas, arpa y violines llegaron desde Cocula, Jalisco, a celebrar el cumpleaños de Porfirio Díaz en 1905.

No queda registro histórico sobre si ese hecho histórico sucedió en su casa de la Calle de Cadena (actual Venustiano Carranza, donde vivía), en Palacio Nacional (donde trabajaba), o en el Castillo de Chapultepec (donde descansaba).

Los mariachis tradicionales que no incluían trompetas ni contrabajo continuaron acudiendo a la Ciudad de México para hacer presentaciones en hoteles, bares, restaurantes y fiestas.

El Ayuntamiento de la Ciudad de México decidió en 1921 rebautizar la Plaza del Baratillo (llamada así porque ahí se trasladó un mercado que se encontraba en la Plaza Mayor, hoy Zócalo) como Garibaldi, en honor a Giussepe, Peppino, Garibaldi, quien peleó en la Revolución al lado de Francisco I. Madero.

Dos años después Juan Hernández, oriundo de Cocula, Jalisco, llegó a la Ciudad de México, y se instaló en la calle Honduras, paralela a la Plaza Garibaldi. Ahí compró una pulquería y la convirtió en una cantina que en 1925 fue bautizada como Salón Tenampa.

Fue en 1925 cuando Juan Hernández trajó a unos paisanos suyos a trabajar de fijo en El Tenampa. Era el mariachi de Concepción Concho Andrade, un grupo formado por músicos que ejecutaba jarabes con violines, jaranas, guitarra y arpa como instrumentos.

Con el paso de los años, la fama del Tenampa creció hasta convertirse en la cantina más famosa de México, y motivo de inspiración para canciones de José Alfredo Jiménez, de Tito Guízar y de Cornelio Reyna.

La convivencia entre la cantina, el mariachi y la plaza comienza a mitificarse con las visitas frecuentes al Tenampa de Chavela Vargas, José Alfredo Jiménez, Lucha Reyes, Lucha Villa, Lola Beltrán y hasta Frida Kahlo.

Pero sin duda su internacionalización se dio cuando fue escenario de películas, como Dos tipos de cuidado, con Jorge Negrete y Pedro Infante y este último apareció como mariachi de la plaza en Gitana tenías que ser, pero también le sirvió a Cantinflas, en  El portero.

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