Real Madrid deja escapar puntos sobre la hora

El conjunto dirigido por Zinedine Zidane se vio alcanzado en el marcador al final del duelo e igualó a un tanto frente al Valladolid

MADRID.

En su puesta de largo como local el Real Madrid volvió a las andadas, al retorno al pasado más reciente, el que le marginó de los éxitos y le sumió en una de las temporadas más críticas de su historia, tras dejarse dos puntos en la visita del Valladolid (1-1).

Le bastó con poco al conjunto de Pucela para dar con el premio en Madrid ante un rival al que le falta pegada, verticalidad y al que aún le tiemblan las piernas ante el mínimo contratiempo después del curso anterior.

Tuvo el partido ganado, con el gol de Benzema a ocho del cierre. Pero no lo supo gestionar y fue víctima de sus errores individuales. Sergi Guardiola devolvió los fantasmas al Bernabéu.

Isco, James, Kroos y Benzema aseguraron el control, el juego. Pero con Bale, intermitente y sin espacios, el Real Madrid careció de profundidad. Es lo que perdió mientras Vinicius estuvo en el banco. El brasileño fue vértigo, agitación y descaro. Eso es lo que le faltó al conjunto de Zidane, que no tiró entre los tres palos hasta la media hora.

Las llegadas al área de Masip fueron fuegos de artificio que se marcharon fuera. Con centros de Kroos y de Isco casi siempre desaprovechados. En el último tramo antes del intermedio el partido se abrió. James pudo marcar en más de una ocasión. Un cabezazo, un tiro y un golpe franco. Opciones claras siempre fuera del arco.

Excepto un disparo sin ángulo de Benzema, nada supuso una amenaza seria para el guardameta del Valladolid, que mantuvo el tipo sin sobresaltos.

El partido se abrió del todo después y las llegadas del conjunto pucelano frecuentaron. Adelantó las líneas y eso le proporcionó acometidas muchas veces en superioridad que aventuraban problemas para el Real Madrid en cualquier momento.

Zidane no esperó y antes de la hora de juego ya dio entrada a Vinicius. Quitó a James, que se llevó la ovación de un público nostálgico de los buenos tiempos de antaño.

El técnico francés buscó una nueva solución a la falta de gol con la entrada del serbio Luka Jovic. Dos puntas. Él y Benzema en punta. Bale, que empezó en la derecha, a la izquierda y Vinicius al otro lado. Pudo dar resultado al instante. Un centro del galés lo envió al larguero el delantero balcánico.

Al Real Madrid le entraron las prisas y el partido enloqueció. Waldo obligó a Courtois, hasta ese momento inédito y un centro posterior de Nacho, envenenado, no encontró rematador. Fue a causa de una doble pérdida de Vinicius, impreciso en ataque y alocado en defensa.

Benzema alivió la situación en el tramo final. El de siempre. Recibió de Varane un balón de espaldas, dentro del área, giró y llevó el balón al palo izquierdo de Masip. Fuera de su alcance.

El Real Madrid no supo gestionar la ventaja ni eliminar a los fantasmas del pasado. Una pérdida de balón en el centro del campo propició un robo gracias a la presión. Oscar Plano vio la entrada por la izquierda de Sergi Guardiola que superó a Courtois para premiar a su equipo en el Bernabeu.

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