CIUDAD DE MÉXICO.
Un gol de Ousmane Dembelé al borde del minuto 90 sostuvo al Barcelona y frustró al Atlético de Madrid con un empate de última hora (1-1), cuando la cima parecía ‘colchonera’, en un partido marcado por estrategia más que por las emociones.
Todo sigue igual en la Liga de España, con el Barcelona al frente, el Atlético segundo, pero con el Sevilla al acecho ante el traspié blaugrana.
Barcelona propuso el ritmo con la posesión del balón. Provocó el paso atrás del Atlético y asustó alguna vez cuando Messi agarró la pelota hasta que su rival recompuso su estructura en el medio. Diego Simeone movió piezas y su equipo fue más visible en el otro campo y menos acechado.
Al descanso, nadie había asumido aún esa responsabilidad con la determinación exigida. Ni el Atlético ni el Barcelona. Ni Griezmann ni Diego Costa ni Lemar, especialmente gris, en el conjunto rojiblanco, ni Messi, salvo alguna ráfaga, ni Luis Suárez, inadvertido, en el bloque azulgrana.
Ni en todo el primer tiempo ni en casi todo el segundo. El Barcelona tenía el balón, pero no golpeaba; el Atlético quería contraatacar, pero tampoco podía.
Tan atascado el choque, apagados en ataque, incluido Messi, en una especie de densa 'partida' colectiva de ajedrez, sólo la alteró un contragolpe de Griezmann que no llegó a rematar Diego Costa. El duelo quedaba pendiente de un detalle, una individualidad, un golpe de talento.
Y, entre una sucesión de faltas del Barcelona, un penal reclamado por el Atlético que el VAR no sancionó, el balón parado dio ventaja al equipo rojiblanco: botó un saque de esquina perfecto Griezmann, lo remató en el segundo palo Diego Costa, con la determinación que no había tenido nadie hasta entonces, en el minuto 80,
Diez minutos después, esa misma determinación la tuvo Dembelé, el recurso de última hora de Valverde, para aprovechar un "aclarado" de Messi y salvar un punto para el Barcelona.
fdr
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