Aniversario 83 de Lizalde celebrado en Bellas Artes

CIUDAD DE MÉXICO, 9 de septiembre.-  La Sala Manuel. M. Ponce del Palacio de Bellas Artes fue cede para que con una charla se recordara como un gran poeta original, un hombre arriesgado en sus textos, de una lírica extraordinaria, pero sobre todo como un constructor de la sociología fantástica, al poeta mexicano Eduardo “El Tigre” Lizalde (1929), en su 83 aniversario.

Ante poco más de 50 personas, los escritores Marco Antonio Campos y José María Espinasa, elogiaron la obra literaria de quien consideran como uno de los mejores poetas vivos de México.

Espinasa destacó la poesía de Lizalde y habló de cómo es que se interesó en su trabajo literario, desde su incursión narrativa, sus diversos ensayos, traducciones, entre otras publicaciones.

Dijo que cada vez que “El Tigre” se presenta en algún foro, lo ha seguido y aseguró que se trata de un “buen escritor”, de quien no se había percatado antes, “pero cada vez lo leo o lo escucho, eso se me lo hace evidente de nuevo y siento que no he dicho lo que debía sobre su obra”.

En su opinión, “como poeta diverso y rico en matices de lo que nos hace pensar su estilo más conocido, ese hombre de cultura da una dignidad a la inventiva, al epigrama y al insulto”.

El también director de la editorial Ediciones Sin Nombre se refirió al autor de obras como “La zorra enferma” y “Caza mayor”, entre otras, como “un poeta originario”, de quien dijo celebrar su honra y condición de poesía.

El acto sirvió para que Lizalde presentara “El vino que no se acaba”, una antología poética en la que reúne 25 años de entrevistas y comentarios sobre sus poemas.

Sobre el libro, Espinasa refirió que en breve circulará en España y consideró que ese país europeo debe leer a un poeta como Lizalde, “pues le hará bien a la lírica española”.

Por su parte, el homenajeado expresó su beneplácito y dijo sentirse halagado por las definiciones y discursos de sus colegas y amigos. Rechazo ser “un gran poeta” y recogió unas palabras del vate José Emilio Pacheco, quien en alguna ocasión expresó “que nadie dijera que era el mejor poeta de su colonia, porque a tres cuadras vivía Juan Gelman”.

“Así que eso mismo podemos decir de algunos desaparecidos y grandes amigos y poetas”, agregó Lizalde, quien dio paso a la lectura de algunos fragmentos de sus obras.

En su oportunidad, Marco Antonio Campos celebró el trabajo de Lizalde, a quien calificó como un vate original y cuya obra brilla con intensidad.

Dijo que se trata de “un gran conversador que posee una vasta cultura, filosófica, política, operística, literaria y poética”. Indicó que las lecturas de poetas que lo han marcado, las divide en lo que el propio Lizalde ha llamado como los “abstractos y los concretos”, como Gorostiza, Neruda, López Velarde y Sabines, entre otros más.

En “El vino que no acaba” tiene el valor añadido de ser una apropiación generacional de uno de los mejores poetas hispanos contemporáneos. Aquí se incluyen poemas de libros emblemáticos de Lizalde: “Cada cosa es Babel”, “El tigre en la casa”, “Caza mayor”, “Tabernarios y eróticos”, “La zorra enferma”, “Rosas”, entre otros.

La actividad del poeta es una bomba de tiempo, porque la poesía produce efectos enormes sobre la posteridad, dijo Marco Antonio Campos, quien agregó haber hecho que esa bomba explote, gozosa y materialmente, entre las manos de los lectores.

Siguenos en Twitter @expresiones_exc

Visita nuestro especial de cultura Expresiones

 asj