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La ganadora de FEMSA, la fotografía

Miguel Ángel Fernández Castro y Marianna Dellekamp fueron los dos ganadores del premio de adquisición de la X Bienal FEMSA, anunciado en Monterrey

Sonia Ávila/ Enviada | 15-06-2012

MONTERREY, 15 de junio.- La fotografía como disciplina autónoma, que además del registro documental ofrece discursos poéticos y otros subversivos,  ha ganado mayor territorio en la escena del arte contemporáneo en México, afirma Karen Cordero, curadora e historiadora del arte.

Tan sólo en la X Bienal Monterrey FEMSA, los dos ganadores del premio de adquisición, dotado con 200 mil pesos, tanto en formato bidimensional como tridimensional fueron de obras fotográficas, refirió Cordero, integrante del jurado que ayer anunció a los premiados de la Bienal, en el museo Marco de Monterrey.

Se trata de la pieza Fin del camino, del artista Miguel Ángel Fernández Castro (Sonora, 1986); y Artist, de Marianna Dellekamp (Ciudad de México, 1968), quienes utilizan la imagen a color y gran formato como plataforma discursiva, que si bien se acompaña de otras herramientas como el video, la instantánea es la plataforma central.

“La fotografía empieza a tener un auge muy importante en México, creo que se integra de lleno en las artes plásticas y para mí, en lo personal, sí creo que la fotografía, como el video, es donde vemos que hay mucha calidad en las producciones”, detalló Cordero, luego de que el jurado leyera el acta de selección.

La obra de Fernández Castro es un video y dos fotografías que dan cuenta de las veredas en el desierto de Sonora que se terminan abruptamente. El artista, quien llevó esta serie a Photoespaña 2011, utiliza por igual las imágenes de Google Earth que las de su cámara digital para crear una narrativa visual.

Para Itala Schmelz, integrante del jurado, el trabajo de Fernández Castro se diferencia no sólo por el manejo de la imagen, sino por la hibridación de herramientas de internet en una sola obra para generar “cargas poéticas de la pisada del ser humano”.

En el caso de Dellekamp, se presenta una suerte de autorretrato en el que jamás aparece ella pero sí sus gustos, su filosofía, sus escritores preferidos, su concepto del arte, incluso algunas referencias a su vida personal.

La imagen es de varias pilas de libros de la biblioteca personal de la artista que ella acomoda a manera de escultura y retrata para develarse a sí misma. “Está plasmada mi información como artista, mis influencias de teoría del arte; voy planteando todo lo que quizás puede representarme por medio de los libros”, explicó la artista, quien acompaña la imagen con un libro que ella editó con fotocopias de autores que refieren al arte.

El jurado –compuesto también por Carlos-Blas Galindo, Leda Catunda y Pierre-Olivier Arnaud­– también entregó una mención honorífica a Ulises Figueroa y Alejandro Palomino, quienes obtendrán una residencia en la Escuela Superior de Arte y Diseño de Saint-Étienne, Francia.

Una instantánea del arte mexicano

A dos décadas de realizarse, la Bienal FEMSA se ha posicionado como un mapeo de la producción artística contemporánea en el país, pues capta un universo amplio de artistas en cuanto concepto y disciplina al recibir lo mismo pintura y escultura que instalaciones y video.

“Como francés me sorprendió encontrar un gran nivel artístico, de criterios y calidad de los trabajos con elementos que se ven en cualquier país de Europa. Para mí esta bienal representa una buena fotografía de lo que es el arte hoy en México y diría que en Latinoamérica”, afirmó Pierre-Olivier Arnaud.

Desorden y adaptación

Si bien el discurso de los artistas latinoamericanos puede coincidir por compartir el idioma o el trópico, el curador José Roca encontró que el desorden y la habilidad de adaptarse a él es el común denominador en sus contextos sociales y, a partir de ello, estableció una suerte de monografía del caos urbano.

Se trata de la exposición Sextanisqatsi, desorden habitable, que preparó ex profeso para celebrar los 20 años de la Bienal Monterrey FEMSA y se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey con obra de 11 artistas latinoamericanos.

Con la solicitud de que los creadores invitados propusieran una obra que refiera al desorden en su nación, Roca estableció una reflexión sobre la relación entre el orden y el caso en una misma ciudad. “Es un diálogo sobre los espacios urbanos y las opciones que hay para percibirlo, para habitarlo y construirlo según las culturas”, explicó Marcela Torres, coordinadora de programas culturales de FEMSA, en representación del curador.

En la muestra participan artistas como Nicolás Robbio (Argentina), André Komatsu (Brasil), Luis Roldán (Colombia), Cinthya Soto (Costa Rica), Juan Brenner (Guatemala), Pedro Reyes (México), Óscar Rivas (Nicaragua), Donna Conlon (Panamá) y Ángela Bonadies & Juan José Olavarría (Venezuela)

La mayoría, apuntó Torres, trabajaron con instalaciones in situ a partir de proyectos que desarrollaron en su país. “Plantean que hay formas alternativas de organización, en las cuales el desorden es simplemente una forma de adaptación a las condiciones reales del uso, la idiosincrasia local y la ausencia de un estado fuerte, la informalidad como orden paralelo”.

Incluso la museografía planteada por Roca juega con el concepto de caos al provocar que las piezas se “contaminen” unas a otras en una suerte de desastre controlado.

De las instalaciones que pueden resumir el concepto de desorden, a decir de Torres, es la obra de los venezolanos Ángela Bonadies & Juan José Olavarría titulada La torre de David. Para la pieza los artistas documentaron un edificio en ruinas que se construyó en la época del auge capitalista en Venezuela pero que quedó inconcluso por la crisis económica.

En el abandono, el edificio fue “tomado” de inmediato por personas sin hogar y ahora cerca de tres mil hombres y mujeres viven sin orden legal pero sí bien organizados entre ellos.

Más allá de registrar el edificio como objeto, la pieza es una metáfora de lo que sucede con la crisis económica, social y política de Venezuela, pues la torre en obra negra refleja “la promesa no cumplida del capital”.

La muestra permanecerá en el museo Marco de Monterrey hasta octubre.

Visita: Expresiones

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