CIUDAD DE MÉXICO, 20 de marzo.- A 30 años de su inauguración, la escultura en memoria de Charles Chaplin se encuentra sumida en el abandono y la decadencia.
Enclavada en un punto que la hace casi invisible, en el cruce de Circuito Interior Río Consulado y Congreso de la Unión, en un pequeño parque, la estatua del actor, guionista y director de cine inglés pasa prácticamente desapercibida.´
Las jardineras se encuentran rotas por las raíces de los arboles, el pedestal donde se ubica está lleno de grafitis y de promesas de amor, los jardines tienen basura y arbustos secos.
"Chucho y Carla 100% amor", dice uno de los grafitis pintados con plumón indeleble.
El nombre de Charles Chaplin se encuentra pintado con letras negras en un fondo naranja pintado a brochazos que son perfectamente visibles.
En la barda de los edificios de departamentos que hay al fondo del parque están colgadas pancartas que ofrecen masajes de relajación y reductivos de entre 150 y 160 pesos, además de tatuaje alrededor de los ojos y uñas de acrílicos.
En el listado de patrimonio inmobiliario de la Delegación Venustiano Carranza, el parque se llama Charles Chaplin y se encuentra en la colonia Valle Gómez.
La delegación, sin embargo, no tiene información sobre cuándo fue construida, y del costo de la escultura, ni de la periodicidad con que se limpia o da mantenimiento al pequeño parque de unos 120 metros cuadrados.
Víctor Gutiérrez, autor de la escultura que fue develada en 1982 destacó que el estado de deterioro del parque donde está "Charlot", es una muestra de que a las autoridades no les interesa cuidar y mantener en buen estado aquellas obras que dejaron administraciones pasadas.
La autoridad, dijo, "es muy indolente, en todo momento y en todo lugar".
"Cualquier lugar es ideal si se le da la dignidad adecuada", explicó el escultor que tiene alreddor de 2 mil esculturas repartidas en todo el país.
"Todos tenemos la culpa porque damos demasiada importancia al 'trofeo urbano', es decir, a dejar una marca o grafitti, o a llevarse a casa una sección de una estatua, o arrancar un letrero de nomenclatura", comentó el escultor.
El maltrato que sufren la mayoría de las esculturas de la ciudad, incluyendo las que están en el Paseo de la Reforma, "se da más por barbarie que por miseria”, insistió Gutiérrez.
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