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Larousse Ilustrado, pequeño con 100 años en español

Consultado por estudiantes como por escritores, el diccionario mantiene sus elementos distintivos, pero se renueva cada año

Luis Carlos Sánchez | 31-01-2012

CIUDAD DE MÉXICO, 31 de enero.- Sostiene Pereira, el famoso experto en necrológicas de Antonio Tabucchi, lo utilizaba frecuentemente, casi lo copiaba. Efraín Huerta le reclama en uno de sus breves poemínimos la definición que da de él y Tito Monterroso confesó alguna vez que le servía para esclarecer sus dudas de joven: “Era algo más que un adolescente cuando leí por primera vez la frase Et in arcadia ego. Busqué entonces en mi Pequeño Larousse y encontré que se trataba de una frase ‘que expresa la efímera duración de la felicidad y el pesar que se siente por el bien perdido (…)’”.

El famoso “tumbaburros” de los abuelos, ese armatoste de más de mil 900 páginas que nadie se explica porqué se le llama Pequeño con semejante grosor, tiene en 2012 un significativo año. El Pequeño Larousse Ilustrado, creado en 1905 en su versión francesa, cumple un centenario de su primera publicación en español y lo celebra con un dossier especial en el que se recorre la historia del que es, quizá, el diccionario más famoso.

Tomás García, director editorial de Larousse México, explica que “es la obra más conocida de Larousse, se volvió emblemática porque es la primera que conjuga o pretende conjugar todo el saber humano en un solo libro. Se llama Pequeño no paradójicamente, pues es una obra muy grande, sino porque condensa en un solo volumen lo que antes vendría a ser una enciclopedia, que solían ser de 20 o 15 tomos”.

Cien años han pasado de la primera vez que apareció en español, preparado por el lexicógrafo Miguel de Toro. Tenía entonces mil 528 páginas (hoy son mil 920), cinco mil 900 grabados, 200 cuadros y 102 mapas y se trataba más bien de una traducción de la versión francesa. Fue unos diez años después, estima García, que la obra fue elaborada enteramente por y para los hablantes de español.

Con las variantes que la tecnología editorial, el diseño y la propia lengua dictan año con año, El Pequeño Larousse ha conservado sus mismos rasgos desde hace una centuria: ahí sigue estando La sembradora, identidad del diccionario representada por una mujer que sopla un diente de león como metáfora de la difusión de la sabiduría; también persiste la famosa división de las hojas rosadas que crea una primera parte con “todas las voces de la lengua española” y un segundo segmento dedicado al “panteón de los hombres ilustres”.

Desde México

Los primeros diccionarios Larousse llegaron a México en francés, señala García, antes de que la edición en español apareciera “porque se importaban muchos libros en ese idioma”. Una vez creada la versión castellana, rápidamente se convirtió en referencia para los países hispanoparlantes, especialmente México, a donde era traído buena parte del tiraje en español.

Con los años, el peso de la obra fue cambiando en cada región. “Hoy El Pequeño Larousse es mucho más importante en Hispanoamérica que en España, se vende en todos los países de América Latina y en una cantidad mayor que en España”, señala. Las cifras más conservadoras hablan de más de 200 mil diccionarios al año, pero también hay quien dice que suman más de 300 mil, contra los 19 mil que se colocan en España.

La primera filial de la marca fuera de España se creó en Argentina, en 1951, y en 1965 llegó a México. Desde aquel año, todos los pequeños Larousse que se venden en Latinoamérica salen de México. “Tenemos corresponsales en cada país que revisan diariamente toda la prensa local, pues no sólo son cuestiones de lengua sino cuestiones enciclopédicas (relativas a personajes y países)”.

“Estamos día a día monitoreando todo el acontecer en todos los países, en España tenemos un servicio que se llama el Observatorio de la Lengua de la Universidad de Cataluña y Larousse tiene sus propios profesionales. Todo eso se va juntando a lo largo del año para llegar al momento de la edición y volcar la actualización en el volumen anual, por eso va fechado”, explica. En la última edición ya aparece, por ejemplo, Steve Jobs, Shakira o Wikipedia.

Más ágil que la academia

Tomás García no duda en afirmar que El Pequeño Larousse “es el primer referente de la lengua en Hispanoamérica”. Su agilidad para responder a los cambios que están sucediendo entre los hablantes y una postura más abierta para afrontar esos cambios son su argumento. “A diferencia de la (Real) Academia de la Lengua Española, que suele ser mucho más lenta en reaccionar, nosotros nos incorporamos con mucha mayor agilidad porque no requerimos de sesiones de académicos o de la concurrencia de las Academias de los países.

“Nosotros teníamos incorporados neologismos muchísimo antes de que la Academia los reconociera y que ya eran reconocidos y usados por todos los hispanohablantes, llevábamos una ventaja incluso de años”.

Palabras como futbol, que en México se usa sin acento, dice, Larousse la aceptó sin miramientos; doping se incluyó desde 1964 o walkman, en 1981.

“La lengua la construimos los hablantes y ésa es nuestra premisa, en Larousse privilegiamos más eso que la rigidez o el acartonamiento”, acota.

 

Lo reactivan en era digital

Cuatro aplicaciones para dispositivos Apple, una cuenta de Twitter que responderá al instante cualquier duda y el relanzamiento del sitio de internet con El Pequeño Larousse íntegro, forman parte de la apuesta tecnológica de la empresa.

“Tenemos la versión en papel, pero está por aparecer, estamos hablando de unas semanas, toda una oferta digital de Larousse donde se encontrarán diccionarios monolingües, de sinónimos y antónimos, de conjugación verbal y de biografías en forma de aplicaciones para dispositivos iPhone, iPod y iPad”, adelanta Tomás García, director editorial de Larousse México.

Además, mantienen en fase de prueba la cuenta twitter @larousse_latam, a través de la cual los usuarios podrán esclarecer cualquier tipo de duda. “Responderá cualquier pregunta y está el compromiso de contestar prácticamente de inmediato”, afirma.

Más adelante, alrededor de junio, también “se relanzará el portal de Larousse, tendrá muchas sorpresas, será totalmente nuevo y ahí estará El Pequeño Larousse en línea”.

 

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