Juan Carlos Veraza

Juan Carlos Veraza
El deporte por nota

Momento de reconocer

17 de Diciembre de 2019

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El golf vive sus mejores años en México. Nunca en la historia habíamos tenido tantos jugadores y jugadoras en los tours más importantes del mundo. Tampoco había tantos jóvenes talentos en ambas ramas estudiando y mejorando su nivel en universidades de EU. No se contaba con un número tan elevado de mexicanos practicando este deporte; así como nunca habían existido tantos lugares dónde practicar golf como ahora. Es cierto, sigue siendo una actividad sin estar al alcance de todos, pero los espacios y el interés aumentan con el paso de los años.

La explosión generada a nivel mundial con la aparición de Tiger Woods, sumada a lo hecho por la gran Lorena Ochoa, propiciaron en territorio mexicano un interés sin precedentes. La potente combinación entre esas dos estrellas trajo consigo que muchos niños y niñas se interesaran en emular a sus nuevos ídolos; que dejaran otros deportes para poder seguir con su sueño de jugar en la PGA o en la LPGA.

Uno de esos talentos es Abraham Ancer, oriundo de Reynosa, y que aprovechó su cercanía con McAllen, Texas, para poder desarrollarse en Estados Unidos. Sin tener los reflectores sobre él, que sí tuvieron otros golfistas mexicanos, como Carlos Ortiz, Rodolfo Cazaubon o Sebastián Vázquez,  pasó por debajo del radar, jugando en la Universidad de Oklahoma para luego dar el salto al profesionalismo.

Abraham fue elevando su juego, hasta llegar a la temporada pasada de la PGA. En el más alto nivel, fue ganándose el respeto de las estrellas del golf, dando pasos agigantados, que hoy lo tienen colocado en el top 40 del mundo. Además consiguió su lugar en el equipo internacional que el fin de semana disputó la Presidents Cup.

Precisamente, en el relevante evento jugado en Melbourne, Ancer dejó en claro que lo ocurrido durante el 2019 no fue casualidad. Parece que llegó para quedarse. Fue el jugador más consistente de su equipo, tuvo momentos brillantes, principalmente en los complicados greens del Royal Melbourne Golf Club, llevándose así los elogios de expertos y fanáticos. Lástima que en su propio país no se haya hablado tanto de lo que hizo en Australia. La obsesión con el futbol, así como el desprecio que muchas personas le tienen al golf, por considerarlo un deporte elitista, llevan a no prestarle atención a lo hecho por el tamaulipeco. En lugar de celebrar los logros de un mexicano, se buscan excusas para restarle mérito: que si no es deporte popular, que si no nació en Reynosa. Cualquier cosa sirve.

Nada debería importar, Ancer se está codeando con los principales golfistas del mundo, representando a México de forma sensacional. Aunque todavía tiene mucho camino por recorrer, es momento de apreciar y reconocer a uno de los mejores deportistas del país.

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