Sebastián Luri

Sebastián Luri
El futbol y sus alrededores

Vuelo de Oribe y reflexión

19 de Junio de 2019

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La noticia de la semana en el futbol mexicano fue el vuelo de Oribe Peralta del nido de las Águilas al corral del Rebaño Sagrado. Un movimiento que trajo grandes repercusiones y que se puede analizar desde diferentes aristas.

Desde lo deportivo, el lagunero es, a mi entender, coincidiendo con Tomás Boy, el mejor delantero mexicano de los últimos diez años. Un futbolista muy completo que, sin ser un killer del área, cuenta con todos los registros de un buen atacante: maneja los dos perfiles, tiene gol, va bien de arriba y posee la capacidad para tirarse unos metros atrás para asociarse con los compañeros y aportar en el volumen de juego del equipo.

Además, desde el punto de vista defensivo, es el primero en enarbolar la bandera de la presión

¿Está en su mejor momento? Claramente no.

¿Puede aportarle futbolísticamente a Guadalajara? ¿Mejora la confección de la plantilla? Sin lugar a dudas.

En cuanto a lo mediático, el traspaso ya tuvo un gran impacto y será un aliciente más para agregarle morbo al superderby del futbol azteca del próximo torneo.

La parte económica fue puesta bajo la lupa por cierto sector de la prensa. Que si América paga parte del salario, que si no recibió dinero por la transferencia, etcétera… Los clubes son entidades privadas que cada vez que realizan una transacción lo hacen entendiendo que es beneficioso para la propia institución. Juzgarlo sin conocer las racionalidades y lógicas internas de cada organización es hacerlo sin fundamentos válidos.

En cuanto a los energúmenos de un lado y del otro que satanizan a Peralta por cruzar de vereda, les recuerdo que los jugadores son profesionales y su moral sólo debe ponerse en tela de juicio si no actúan con profesionalidad ofreciendo su mayor esfuerzo y compromiso, algo que, en el caso de Oribe, no remite dudas: siempre se entregó al máximo con las diferentes playeras que le tocó vestir en su carrera.

El lado B de la operación y un tema para reflexionar profundamente es cómo un jugador de 35, por bueno que sea, se constituya en una de las pocas opciones que tiene Chivas para fortalecer su plantilla. ¿Cuántos otros delanteros mexicanos garantizan un rendimiento como el que puede ofrecer Oribe? ¿Tres, cuatro? En todo caso, muy pocos.

Algo debemos estar haciendo mal para que la generación de nuevos talentos no acompañe el crecimiento institucional que ha tenido el futbol mexicano en los últimos años.

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