Sebastián Luri

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El futbol y sus alrededores

Último parón liguero

14 de Noviembre de 2018

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Con todavía tres plazas en juego, la LigaMX ingresa en receso por motivo de la última fecha FIFA del año.

El Tri enfrentará a una descafeinada Argentina que no contará con Leo Messi y, además, al igual que México, cuenta con un técnico interino. A los federativos de ambos representativos les gustaría que el Tata Martino se convierta en su seleccionador definitivo. El rosarino seguramente estará atento a este doble duelo mientras prepara la final de conferencia de su Atlanta United en la MLS. Una pena que México todavía no ha podido definir el director técnico que iniciará el camino a Qatar. Este tipo de amistosos, sobre todo en condición de visita, son los que permiten sacar conclusiones sobre la pasta de los jugadores para desenvolverse con la playera nacional.

La liga entra en pausa con una jornada pendiente y tres puestos de Liguilla por definirse. Este formato, que a veces castiga la regularidad, premia los momentos y, por qué no, la fortuna, sigue siendo de gran atractivo para el espectáculo.

TÓPICOS PISOTEADOS

El pasado fin de semana, en dos partidos, uno de cada lado del Atlántico, se desmantelaron algunos tópicos que se repiten por protagonistas y analistas sin reparar en su falta de contenido.

El Betis asaltó el Camp Nou y dejó varios hechos transcendentes además de la victoria. Primero, demostró que con jugadores de calidad de Primera División, comprometidos con una idea y con una estrategia clara, es posible intentar jugar de igual a igual contra cualquiera. Que siempre salga bien es otra cosa, porque el otro equipo también compite, pero dejó de manifiesto que así como plantar el autobús no asegura defender mejor, tampoco disputarle la tenencia a un rival superior es un certificado de defunción.

Nos vienen inoculando mediáticamente hace años que “cerrar un partido” es hacer tiempo y tirar la pelota afuera, pero el Betis demostró que, estando en ventaja, también se es listo queriendo jugar con la pelota y buscando el arco de enfrente.

La primera final de Libertadores entre Boca y River fue el partido más trascendente de la historia del futbol argentino. Todo hacía prever que, como las “finales se ganan, no se juegan”, el partido sería trabado, de mucha lucha en mitad de cancha y de pocas acciones ofensivas. Fue todo lo contrario. Cada uno con sus argumentos, River con las ideas más claras y Boca con un funcionamiento menos aceitado, pero con una contundencia brutal, dieron un gran espectáculo. Gallardo, el DT millonario, sorprendió a su par, Barros Schelotto, con un dibujo de tres centrales, que, lejos de ser un parado defensivo, le permitió a los de Núñez encontrar apertura por las bandas generando espacios por dentro para superar a la combativa media cancha xeneize. A pesar de que River se fue de la Bombonera con mejores sensaciones, todo está abierto para la revancha en el Monumental.

El que juegue mejor tendrá su premio, porque las finales, aunque muchos opinen lo contrario, para estar más cerca de ganarlas, primero hay que jugarlas bien.

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