Sosiego

Afortunadamente, el triunfo de Checo Pérez en Azerbaiyán le ha infundido una notable confianza y tranquilidad al manejar el Red Bull, pues es de todos conocido que el tristemente célebre doctor Helmut Marko, así como Christian Horner, los dos hombres que dirigen, en ese orden jerárquico, las decisiones de los equipos Red Bull y Alfa Tauri, son muy directos, impositivos, disciplinados y no conciben los pretextos, pues siempre exigen resultados.

Obviamente, el triunfo de Pérez ha resultado una especie de bálsamo curativo para tranquilizar las aguas y eso, de manera evidente, generará en el tapatío mucha confianza y sosiego para generar mejores resultados.

Resulta curioso que en el festejo final del Gran Premio de Azerbaiyán el piloto mexicano, al llegar a la zona de premiación en uno de los vehículos de asistencia, pues su equipo, por algún desperfecto que no se ha dado a conocer, le instruyó apagarlo apenas pasó la línea de meta, abrazó al polémico e intransigente personaje austriaco, que estaba feliz o, mejor dicho, un tanto feliz, pues ya se saboreaba el triunfo de Max Verstappen, cuestión que por la ponchadura del neumático trasero izquierdo no fue posible.

De inmediato, la prensa especializada se volcó sobre el famoso doctor Marko para cuestionarlo sobre la permanencia de Checo en el futuro después de su triunfo, a lo que respondió lacónico que ese asunto se resolverá más adelante. Así es que, por lo pronto y a pesar del arranque prometedor cuando estamos en la primera tercera parte del campeonato de Fórmula 1, Pérez tiene contrato únicamente hasta el final de la presente campaña.

Nadie duda del talento y experiencia del volante nacional en carrera, sin embargo, su talón de Aquiles en la presente etapa de su carrera en Red Bull ha sido su poco ritmo y constancia en las clasificaciones. Le cito los lugares que ha conseguido: en el Gran Premio de Bahréin inició en la posición once, en el Gran Premio de Emilia Romaña sorprendió en un segundo sitio de largada y después fue una carrera para el olvido, fue su peor actuación del año. Siguió Portugal, donde arrancó en cuarto; España fue mala clasificación, por lo que inició en octavo. El circuito callejero de Mónaco tampoco mejoró y arrancó en noveno. En Azerbaiyán inició en séptimo, por lo que el cuarto sitio del Gran Premio de Francia de hoy representa una notable mejoría, una gran posibilidad de podio, pero, sobre todo, el que todos estén tranquilos y confiados, que la decisión de llevarle a ese poderoso equipo ha sido la correcta.

De que tiene un auto ganador, de que puede y debe pelear de tú a tú con todos, no hay duda, ojalá que festejemos otra gran actuación. Hay con queso, dice el de la fonda…

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