Regresa

Regresa Ricardo La Volpe a dirigir en el balompié nacional, de nueva cuenta el Toluca lo contrata buscando salir adelante de la profunda crisis en la que se encuentra el equipo; para muchos, una gran decisión; para otros, y me incluyo, los del Estado de México, se han equivocado rotundamente.

Nadie podrá negar las virtudes que en su momento tácticamente aportó el otrora portero argentino que brilló en su estadía en el Atlante, sin embargo, sus ideas, que hace dos décadas eran novedosas, vistosas y ciertamente efectivas, se han anquilosado y no le han permitido triunfar en varios equipos como Boca Juniors, Vélez Sarsfield y Banfield en su país de origen, y más recientemente en el futbol de Egipto, en el que, sencillamente, fracasó, una vez más, y nos lo enviaron de regreso muy rápido.

La Volpe tiene muy mala fama de maltrato a sus jugadores, de prepotencia y soberbia, la vida, en lo que al balompié se refiere, parece pasarle la factura, y ahora recibe lo que quizá representa su última oportunidad en nuestro país, en el futbol nacional que lo valoró y llevó hasta el timón de la Selección Nacional, en donde, honestamente, hizo jugar con mucha brillantez que resultó esperanzadora, lástima que en el Mundial de Alemania todo terminó igual que siempre y no se logró nada nuevo, con aquella dolorosa derrota ante la Argentina en la que brilló Andrés Guardado en su debut y mejor ya ni acordarnos del golazo de Maxi que cambió el destino; desafortunadamente, una vez más, quedamos eliminados en la ronda de octavos de final.

Tampoco se me olvida el mal trato lavolpiano a la prensa, en aquel tiempo en el que la Federación Mexicana de Futbol decidió darle al entrenador nacional todo el poder posible y los abusos y desplantes del exportero se hicieron la constante. No olvidemos que era el responsable de todo lo que sucedía en el Tri, incluso su gente era la encargada de las relaciones con la prensa o, debo decir, de las malas relaciones. Entre sus gestos de aspirante a dictador decidió no llevar al Mundial de Alemania a Cuauhtémoc Blanco, que, nos guste o no, era en ese tiempo un jugador muy valioso e imprescindible en el equipo nacional, pero para el rencoroso técnico resultó más grande su orgullo que el resultado, que quizá con el talento del ahora gobernador del Estado de Morelos las cosas pudieron ser distintas.

El Toluca es una institución que merece ser exitosa, desde el recuerdo de don Nemesio Díez y su amor por el equipo, pasando por el actual mandamás, Valentín Díez Morodo, y su legado.

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