Pablo Carrillo

Pablo Carrillo
La neurona

Recuerdos

02 de Octubre de 2022

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Increíbles recuerdos vienen a mi mente de los mundiales de futbol, comenzando con aquellas maravillosas escenas del México 70, en el que los festejos fueron tomando cada vez más fuerza en todos los rincones del país, era sensacional, apenas tenía ocho años, pero aún me emociona revivir, que en aquel hermoso Mustang del año, del inolvidable tío Jorge Lavat, ver las escenas del Paseo de la Reforma, con todos felizmente gozando y enarbolando banderas del país para entonar aquel México, ta ta ta, o el Cielito Lindo en pleno Ángel de la Independencia, después la historia se tornó muy oscura hasta el México 86, en el que, nuevamente, aprovechando la localía, los festejos fueron una maravilla.

Aunque ya colaboraba como comentarista en ese tiempo en Televisa, sólo lo viví como aficionado, una vez más, imborrables imágenes de aquel Periférico a la altura de San Ángel, totalmente detenido pues los triunfos del equipo tricolor provocaban bailes, cantos, mientras que la gran vía de comunicación capitalina era el escenario de una fiesta multitudinaria, del Estadio Azteca al destino podían pasar horas, sin embargo, no importaba el tiempo, pues era en medio de un júbilo único. Vaya recuerdos.

De ahí hasta el Mundial de Estados Unidos 94, también hubo sequía, pero lo que lograron los nuestros en ese mundial en el vecino país del norte, no tuvo comparación, pues por primera vez fuera de casa se lograba avanzar a la segunda ronda con aquel empate ante Italia en el estadio Robert F. Kennedy, vaya golazo de Marcelino Bernal, y de ahí en adelante los nuestros siempre han sorprendido, lo hicieron en Francia 98, donde también avanzaron a la segunda fase, lo mismo en las siguientes ediciones donde, contra todos los pronósticos, han avanzado hasta el cuarto partido, quedándose ahí, pero no sin dejar de sorprendernos por ese simple hecho. Quizá las actuaciones ante los europeos han resultado las más emotivas, sin olvidar el triunfo ante Alemania en Moscú, he acudido a los últimos siete mundiales, y debo confesarles que resulta una emoción indescriptible cuando los triunfos de nuestro equipo se presentan, así como las derrotas que nos han echado en todos los cuartos partidos, se cae el alma con cada una de ellas.

Ahora el panorama para los dirigidos por el nefasto Gerardo Tata Martino luce sombrío, sin embargo, el factor sorpresa, que siempre ha tenido el Tri, espero se haga presente una vez más, pues vaya que nuestro país necesita motivos de alegría ante la muy triste realidad que vivimos.

Lo veo muy difícil, casi imposible, que se haga historia, pero, ojalá…

 

 

 

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