Vale la pena

La aparición de Lorena Ochoa como estrella revolucionó el golf en México, un deporte que no generaba mucho interés en los medios de comunicación y que tampoco propiciaba que buena parte de la niñez mexicana lo viera como la disciplina a practicar. De pronto encontró mayores espacios en los programas televisivos y a que muchos padres de familia llevarán a los campos a sus hijos e hijas a practicar y jugar.

Con sus triunfos y carisma, la tapatía logró algo que parecía difícil, el golf (aunque lejos en popularidad de otros deportes, como el futbol) ya no estaba en las sombras. Cada fin de semana, muchísimos mexicanos estaban pendientes de las actuaciones de la egresada de la Universidad de Arizona en los mejores torneos de la LPGA.

Mientras los futbolistas, boxeadores, clavadistas o taekwondoines seguirán siendo ídolos de millones en México, una golfista también se metió en los corazones de los fanáticos. Sin decir que el golf se puso de moda, sin duda pasó a ser una disciplina más seguida en nuestro país; su aparición fue el detonante de un momento sin precedentes.

Muchos niños y niñas alrededor de México decidieron intentar ser el próximo triunfador a nivel internacional. Con el paso de los años, cada vez más jóvenes han logrado, primero, aprovechar su talento, para, al igual que Lorena, estudiar en Estados Unidos y, después, poder llegar a las ligas de golf más importantes del planeta.

Hoy, sin duda, el máximo representante de este histórico momento es Abraham Ancer. El oriundo de Reynosa vive un sueño hecho realidad, no sólo tiene ya, desde hace unos años, su tarjeta de la PGA, también es uno de los mejores jugadores del planeta.

Hace unas semanas me preguntaba un radioescucha de Palabra del Deporte acerca del motivo por el cual hablamos tanto del golf, mi respuesta fue simple, en la actualidad pocas disciplinas tienen a tantos mexicanos en las giras más relevantes, razón por la que vale la pena darles el espacio a esos jóvenes que tan bien nos representan; en el caso de Abraham, estamos hablando de un golfista que se encuentra entre los primeros 25 del ranking mundial. No tenemos a muchos atletas que puedan presumir de estar ubicados en la élite.

El Turco merece todo el reconocimiento, si lo está recibiendo más allá de nuestras fronteras, sería increíble que no se lo demos nosotros. Se codea con los mejores de la PGA, jugando a un nivel espectacular, y mientras deslumbra con sus actuaciones, lo hace, además, manteniendo la humildad y los pies en la tierra. Por ello vale la pena que no sólo en Palabra del Deporte se hable de golf y especialmente de Ancer, vale la pena que en cualquier espacio deportivo se dé a conocer lo que este mexicano ejemplar está haciendo en un campo de golf.

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