Producto fallido

Para sorpresa de pocos, la Selección Nacional volvió a perder ante Estados Unidos. Como ya se ha hecho una costumbre, el gran rival del área mantiene la hegemonía. De nueva cuenta, la Nations League fue el escenario perfecto para que el conjunto de las barras y las estrellas mostrara la superioridad que tiene hace tiempo sobre México.

Con un juego de conjunto muy bien trabajado, futbolistas comprometidos, con mucha experiencia en ligas del más alto nivel y con el convencimiento en su capacidad, los estadunidenses volvieron a ganar el joven torneo (lo han obtenido tres veces consecutivas), dejando en claro que ellos son los verdaderos gigantes de la Concacaf.

Sin importar lo que ocurre cuando los clubes de ambos países se miden, no hay manera de esconder la realidad, a nivel de selecciones, por el momento, nos han superado, y tiene lógica, allá llevan años de trabajar correctamente, equilibrando perfectamente lo económico con lo deportivo, dando como resultado una liga que en 30 años ha crecido lento, pero seguro, mientras que tanto la Liga MX como nuestro combinado nacional se han quedado estancados.

Mencioné lo de las ligas porque leo y escucho a muchos colegas defender a capa y espada nuestro campeonato, indignados cuando alguien se atreve a mencionar el crecimiento del futbol en nuestro vecino país del norte, especialmente cuando se habla de la MLS y su competitividad con respecto a la Liga MX. Aunque es cierto que la liga mexicana mantiene la hegemonía, ganando casi todas las Concachampions, existe un factor para que eso suceda, los equipos de México están repletos de extranjeros que elevan su nivel, mientras que el futbol en Estados Unidos, aunque también cuenta con foráneos, los tiene en menos cantidad, y juega con muchos jóvenes.

Esa fórmula ha permitido que la Liga MX siga dominando, pero mientras el gran rival se ha ido acercando poco a poco, su forma de trabajar les ha permitido desarrollar su talento local, que va mejorando, y que está recibiendo ofertas de Europa, ya que, además de tener capacidad, su costo es mucho menor que un jugador mexicano y, además, ellos tienen claro que lo que desean es jugar en las mejores ligas del mundo. Es por eso que hoy tienen una mejor selección, con futbolistas mejor preparados, con una mentalidad ganadora, y no la que tienen los nuestros: conformes con ganar mucho dinero en su mediocre entorno local.

Los dueños del futbol mexicano llevan años de tomar decisiones que han afectado lo deportivo, devaluando su liga, pero pretendiendo que la selección se convierta en potencia por arte de magia, sin generar la producción de jóvenes que abastezcan al tricolor. El tener una federación sometida a lo que decidan en la liga no es sano y ha traído estos resultados.

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