Brillantes

Este año la NFL celebra 100 de existencia y durante el 2019 la liga más poderosa del mundo, ha realizado muchos eventos en honor a esta celebración. Además se decidió que la elección para el Salón de la Fama fuera más amplia, por primera y única ocasión, veinte personalidades que triunfaron en la NFL serán inmortalizadas. Se aprovechará este aniversario para darle su lugar a las personas que llevan años anhelando ingresar al recinto sagrado de Canton y que no han recibido los votos suficientes cuando han sido finalistas. Especialmente se ha pensado en aquellos que ya solo pueden ingresar por medio del Comité de Veteranos y no vía el proceso normal que se lleva año con año. Esos elegidos, que no son parte de la lista de candidatos de la era moderna y tampoco fueron jugadores, se darán a conocer el miércoles por la mañana. Aunque ya sabemos el nombre de dos de ellos, pues el presidente del Salón de la Fama, David Baker, sorprendió a los exentrenadores Bill Cowher y Jimmy Johnson, al informarles que ya habían sido seleccionados.

Curiosamente, ambos coaches fueron responsables del resurgimiento de dos famosas franquicias que estaban lejos de sus años de gloria, ocupando el lugar de las leyendas que las habían colocado en la cima de los deportes profesionales en los EU: en el caso de Cowher, su arribo en 1992 a Pittsburgh fue para suplir a Chuck Noll, mientras que Johnson llegó en 1989 para sustituir a Tom Landry.

Los Acereros llevaban años en declive y Cowher revivió la mentalidad ganadora. Inmediatamente se sintió su presencia, ganando el título divisional en su primera temporada, aunque tendría que esperar hasta 2005 para ganar el ansiado quinto trofeo Lombardi, el resto de su estancia ahí fue muy exitoso: ganó nueve títulos de división, calificó a playoffs en diez ocasiones, se coronó dos veces campeón de la AFC y los guió al campeonato en el Súper Tazón XL. Además, sentó las bases para que la franquicia fuera una de las más consistentes, desde su retiro hasta el día de hoy.

Por su parte, Johnson revivió al Equipo de América, logrando revertir un complicado momento después de la salida del único entrenador en jefe que la franquicia había tenido. Luego de un duro inicio, para su tercer año ya los había calificado, por primera vez desde 1985, y en su cuarto año ganaron el Súper Tazón, para repetir la obra en 1993.  Su era ahí terminó tras ese segundo título y aunque en Miami no pudo replicar lo hecho en Dallas, su legado ya era el de un genio manejando el Draft, un talento increíble para armar un roster, llevando a los Vaqueros en poco tiempo, a pasar de ser el hazmerreír, a la envidia de la liga.

Ahora, juntos, ingresarán merecidamente al Salón de la Fama, tras una brillante carrera llena de triunfos.

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