Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

Postergación

27 de Marzo de 2020

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La postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio, anunciada esta semana por el Comité Olímpico Internacional, y del Torneo de Candidatos al título mundial de ajedrez en Ekaterinburgo, están en consonancia con las medidas sanitarias ordenadas por la Organización Mundial de la Salud y de gobiernos en línea directa con los conocimientos de la ciencia. El coronavirus no se combate con porras ni Siquitibum ni Vivas a México. Si hace unos días o semanas, Thomas Bach, presidente del COI; Yoshiro Mori, del Comité Organizador de los JO, y Arkady Dvorkovich, de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), mantenían la idea y esperanza de que se continuase con ellos, fue porque ellos, al igual que la mayoría, como sucede en este momento, desconocían la dimensión y la magnitud de la amenaza mundial; sí que es progresiva, exponencial. Y que se hacen acelerados esfuerzos por hallar la vacuna, lo que contribuiría a disminuir la ansiedad y tensión de muchísimas personas.

Ciudades como Nueva York y países de primer nivel como EU, Alemania e Inglaterra, expresaron recientemente que no cuentan con el número de camas ni de respiradores artificiales para atender a sus ciudadanos, entonces lo único que resta a los países en vías de desarrollo es cumplir fielmente las medidas de higiene y acaso debiéramos imitar la sabia costumbre de los japoneses de dejar los zapatos si no a la entrada de la casa o del departamento, porque eso es imposible en México o en la Ciudad de México, cuando menos descalzarnos, rociar la suela con un desinfectante y guardarlos en un sitio adecuado, mientras nos calzamos tenis o chanclas para uso específico en la casa. Si te lavas las manos, lava las suelas.

Dice el cordobés Lucio Anneo Séneca: “No puede llevar gran espíritu al combate el atleta que no sufrió jamás rozadura; en cambio, aquel cuyos dientes crujieron al golpe del puño, aquel que, derribado en tierra, aguanta todo el peso del adversario y ni aun abatido perdió el ánimo, aquel que todas las veces que cayó tornó a levantarse con multiplicado denuedo, éste desciende a la arena con esperanza grande”.

Y añade líneas adelante: Mucho añade a su fibra la virtud hostigada. Te mando que no seas desgraciado antes de tiempo. No seas como aquellos soldados en quienes produce desbandada la lejana polvareda de un rebaño.

Qué imagen tan pobre proyectan algunos comunicadores políticos cuando, por manifiesta preocupación por el aspecto económico, colocan en plano secundario la preservación de la vida y de la salud de la población. Sus parrafadas están orientadas a quemar incienso y verter loas a un tipo de manifestaciones que de ninguna manera responden a un interés social o criterio médico; médico-político, sí.

En esta situación, es obligación enfatizar y preguntar ¡cómo?

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