Arturo Xicoténcatl.

Arturo Xicoténcatl.
Rey y dama

Inimaginable

21 de Marzo de 2023

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Sin olvidar las brazadas del húngaro Alfréd Hajós, el primer campeón olímpico de los 100 m nado libre, en el mar de El Pireo, en Atenas 1896, y su crono de 1’22” en brava lucha ante olas de poco más de 3.5 m de altura y temperatura de 13° Celsius, ¡brrr! —acaso la mayoría de los lectores no tiene idea de lo que es nadar a esa temperatura, casi no es posible respirar, sin considerar el vaivén del oleaje—, ante una multitud calculada en 20 mil personas, la mayoría griegos; en un siglo, de 1922 a 2022, se ha formado un fascinante universo acuático moldeado por dos rumanos, Johnny Weissmuller, nacionalizado estadunidense, el famoso Tarzán hollywoodense, y el adolescente de 17 años David Popovici, con espectaculares episodios en la lucha del músculo, la inteligencia y el arrojo contra las desafiantes manecillas del cronómetro.

 

Weissmuller, antes de ganar el oro en París 1924, destrozó el minuto, el 19 de julio de 1922 en la alberca de Alameda, California, en 58.6, y Popovici el 13 de agosto de 2022, en el estanque del Foro Itálico de Roma, señaló 48.86, el actual récord mundial del hectómetro libre. 16 brazadas de Popovici en 22.74 en el primer 50 y furioso regreso de 19 ciclos en 24.12. Y entre ellos cuántos héroes inolvidables, John Devitt, Don Schollander, Mark Spitz, Jim Montgomery, de Madison, Wisconsin, el que estremeció Montreal cuando se convirtió en el primer humano en nadar los 100m en 49.99”, velocidad promedio de 2.0004 m/seg, 2 m con cuatro diezmilésimas, cada segundo. Fueron dos alaridos el de su victoria acompañado por el segundo, estentóreo, de estupor, al ver la multitud el cronometraje electrónico, el crono de 49”99/100. Los gritos y aplausos alcanzaron una resonancia metálica con unas diez mil personas en jubiloso delirio. Sic transit gloria mundi. Aquel ciclópeo esfuerzo muscular que representó simbólicamente el ápex acuático en la historia de la humanidad y deslumbró al planeta, ¡ay!, es el registro mínimo, tiempo modestísimo de inscripción, para los nadadores que aspiren participar en el Trial Olímpico de Indianápolis, con vistas a París.

 

El vocablo participar significa, con absoluta certeza, que ni siquiera podrá alcanzar uno de los ocho puestos de la final clasificatoria estadunidenses. ¡Cuánta agua ha pasado bajo el puente! El Trial de Indianápolis va a constituir un hito en la natación. Deja la pileta de Omaha, Nebraska, con aforo para 14,000 espectadores, y regresa a Indianápolis, pero no a la pileta donde laboraba James Doc Counsilman y su alumno Ronald Johnson, quien empujó a la natación mexicana en México 68 a un punto sideral inalcanzable, sino al Lucas Oil Stadium, con aforo para 30,000 espectadores, lo que podría ser un RM. El Lucas Oil fue sede del Super Bowl 2012. A los JO de Berlín, según certifica el Salón de la Fama de Fort Lauderdale Florida, en cuya alberca juguetean mezcladas las aguas de todas las albercas olímpicas de los cinco continentes, asistieron 25,000 espectadores. En el centro se situará el rectángulo azul de 10 carriles y el torneo será bajo techo. (>).

 

 

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