Arturo Xicoténcatl

Arturo Xicoténcatl
El espejo de tinta

¡Ding, Ding, Ding..!

30 de Agosto de 2019

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En la esfera agonal hay dos precondiciones para derrotar a un campeón del mundo: la primera, digámoslo perogrullescamente, es enfrentarlo; y la siguiente, dominarlo en el campo en el que es más poderoso, es decir, entrar franca y abiertamente a su propio terreno, combatirlo, someterlo, reducirlo. Aplicarle la Ley del Talión, ojo por ojo, diente por diente.

Saint Louis, Missouri, fue escenario de uno de los grandes acontecimientos deportivos internacionales del año. El chino Liren Ding derrotó ayer, en forma categórica, al monarca mundial, Magnus Carlsen, de Noruega, en partidas de ajedrez rápido al ritmo de 25 minutos y de blitz a cinco minutos, en donde el noruego era prácticamente invencible. Ding ganó a Carlsen la VII Copa Sinquefield en cuatro partidas de play-off con dos tablas y dos victorias por 3-1. Un resultado sorprendente que lo convierte en una amenaza natural a la corona de Carlsen. En los albores del pasado siglo XX se afirmaba que, para derrotar al mítico eslavo Alexander Alekhine había que derrotarlo tres veces: en la apertura, en el medio juego y en el final. A Carlsen hay que vencerlo, además, en la rapidez y la resistencia. Las reglas se han transformado y los empates o esfuerzos ex aequo se resuelven en pugnas relámpago bajo el imperio de un ritmo fulgurante en tiempo y rapidez de movimientos.

Carlsen posee una mente privilegiada que procesa en la defensa y el ataque la mezcla y rapidez del sheeta, la mangosta, el halcón peregrino. Su mente engloba la rapidez de Usain Bolt, la resistencia de Eliud Kipchoge y el golpe demoledor de Muhammad Ali. El noruego Carlsen es un Argos del tablero con el instinto asesino del ave de rapiña. ¡Y, aun así, perdió ante Ding!

En el memorable match se refleja el espíritu de perseverancia de Ding, la gota de agua que horada la roca. Graduado en derecho en la Universidad de Beijing —es lamentable que en México se descuide la educación integral del atleta; becas y becas, cero estudios—, Ding ha dejado varios testimonios de su brillante talento. Nacido el 24 de octubre de 1992 en Wenzhou, Zhejiang, fue campeón mundial Sub 10 y Sub 12. Ganó el título de gran maestro a los 16 años, el más joven en la historia de China. En agosto de 2015 se colocó entre los diez mejores del mundo.

Entre el 9 de agosto de 2017, cuando perdió ante el holandés Anish Giri, al 10 de noviembre de 2018, al perder ante el francés Vachier-Lagrave, hilvanó el récord mundial de 100 partidas sin perder, ¡29 victorias y 71 empates ante los mejores del planeta! Rompió el RM del Mago de Riga, Mikhaïl Tahl, que entre 1973 y 1974 se mantuvo invicto en 95 partidas magistrales. Ding hizo polvo 45 años de historia y puso el listón en el cenit.

Se proyecta en el desafiante natural del monarca mundial.

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