Juan Reynoso

Recuerdo perfectamente cuando vino al futbol mexicano, lo vio Benito Pardo en un partido en Perú y de inmediato no dudó en recomendarlo para Cruz Azul. Pardo era en esa época el encargado de los fichajes en La Máquina.

Desde el primer día mostró una gran personalidad y, sobre todo, una gran disciplina en el trabajo diario. Se ganó un puesto en el equipo titular y nunca dejó de jugar a un altísimo nivel.

Es uno de los mejores defensores centrales que han venido al futbol mexicano.

Me tocó transmitir cualquier cantidad de partidos de él y siempre tuvimos una gran relación.

Juan Máximo Reynoso se fue preparando en su país después del retiro para ser entrenador y consiguió cosas muy importantes, al grado que fue campeón en varias ocasiones.

Por invitación de Enrique Meza volvió a nuestro país como su auxiliar en el Puebla, donde los dirigentes se dieron cuenta de que tenía aptitudes muy interesantes.

Y luego de una brillante campaña con Puebla el año pasado, donde eliminó a Monterrey en su cancha, perdieron en la liguilla. Todos damos por hecho que seguiría en La Franja, pero sorpresivamente lo cortaron.

Cruz Azul no tenía entrenador, vivía un caos después de la traumática eliminación a manos de Pumas, el pésimo torneo que hicieron en Concacaf y una directiva que no sabía qué hacer con el equipo.

Juan era la última opción que tenían. Estaba todo arreglado con Matías Almeyda y adelantaron charlas con otros técnicos, pero de rebote y siendo el que menos posibilidades tenía llegó un 2 de enero a La Noria para ser presentado a sus nuevos jugadores.

Perdió sus dos primeros partidos y después fue el mejor del torneo.

Les imprimió personalidad, garra y coraje.

Orden y disciplina.

Trabajó de sicólogo, para sacar de la cabeza de los futbolistas todos los miedos que tenían.

Su cuerpo técnico es austero y sin mucho nombre.

No se viste con ropa de marca.

Es sencillo.

Hizo un trabajo espectacular y se ha convertido en el primer integrante en la historia de Cruz Azul en ser campeón como jugador y como entrenador.

Mis respetos para Reynoso. Le tienen que hacer una estatua y recordarlo toda la vida.

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