Alejandro Aguerrebere

Alejandro Aguerrebere
Súper beis

Muy azul

22 de Octubre de 2020

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Una Serie Mundial de contrastes: si entre el azul del mar y el azul del cielo hay una distancia, así está la diferencia de los hoy contendientes por el título en el mejor beisbol del mundo. Casi 80 mdd de diferencia en nóminas, con un equipo que dominó la División más complicada de las Grandes Ligas y el otro que lideró una División, la cual le ha quedado “a modo” en los recientes calendarios. Por un lado, llegan los favoritos de la mayor parte de los aficionados en México: estos Dodgers de Los Ángeles insistentes, con una rica historia que va entendida con su mudanza desde la costa este (Brooklyn) hasta el barrio de Chávez Ravine, ídolos van y vienen, siendo innovadores, actualmente con dos muy buenos pitchers mexicanos como Víctor González y Julio Urías.

A los Dodgers, en el papel, “no les duele nada” y tienen una lista de peloterazos, como el explosivo Mookie Betts, como el MVP Cody Bellinger y, además, abre ganando la Serie un Clayton Kershaw, a quien podríamos decir que “ya le toca”, aunque… ouch, ese pero que nunca falta: tienen un manager como Dave Roberts, sí, ese manejador al cual mencionas y 97.34% de los aficionados de este equipo californiano hacen un entripado que parecen del Poder Legislativo.

Quizá el punto más flaco de estos poderosísimos LAD es el hombre del banquillo… pero “de los acusados” y los que se atreven a defenderlo, dicen: “No es tan malo si él dirigió el equipo hasta tantos intentos”. Fracasar con esa pléyade es un vil colapso, ni le busquen.

Es cierto que Kevin Cash ha demostrado una maestría (un poco extraña en ocasiones) al mover sus abridores y relevistas con Tampa, casi para “sacar de onda” a los rivales, pero, vamos… está haciendo magia con un equipo al cual no se le daba tanta exposición.

Veremos los ratings para esta Serie Mundial, cuando la “burbuja” de la NBA no fue un exitoso experimento en cuanto a audiencias. Aunque estamos teniendo extraordinarios juegos, no deja de ser un volado...

Puede tener un desenlace inesperado, con una refrescante presencia, como la de los Rays, con historias como la del “mexicano” (cubano de origen) Randy Arozarena, hecho un peloterazo y extrañamente desechado por los gloriosos Cardenales, como para demostrar la maravillosa oportunidad que representa el beisbol. ¿Qué podemos esperar? Una lucha sin cuartel, para nada Tampa es de chocolate, están acostumbrados a darse agarrones contra Yanquis y Azulejos.

Un 2020 extraño, previo a otro escenario sin cuartel: el 2021 de un “nuevo beisbol” (One Baseball?), un nuevo sistema y, quizá, una encarnizada lucha sindical. Que gane el mejor… en todo.

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