Aves… ¿exóticas?

Sí se ha vuelto más caro el beisbol en general: boletos, playeras, souvenires de todo tipo, incluso el paquete puramente de televisión o en un sistema digital; en gran medida por el mercado actual y como para el título de esta entrega específicamente: decirle así a los Orioles

Lejos están los tiempos del récordman pelotero de hierro Cal Ripken Jr, de Brooks Robinson, de Eddie Murray, Jim Palmer, Frank Robinson y de aquellos equipos peleadores en lejanas décadas, la realidad hoy es otra y Orioles era un equipo casi constantemente destinado a nulas posibilidades de éxitos.

Para ser un equipo el cual compraste en 40 millones de dólares (MDD) en el año de 1993, venderlos ahora en esa cantidad se ve como algo exorbitante, la pregunta es: ¿por qué?

Se habla de 1,725 MDD (1.725 billion, le dicen allá), lo que están pagando David Rubenstein junto a Mike Arougheti y, la verdad, quién sabe si lleguen a ser los perennes contendientes en la Liga Americana, al estilo de los actuales Astros, pues ya mostraron una excelsa campaña de 101 victorias en el 2023, además de un tremendo sistema de sucursales con prospectazos como Samuel Basallo, Colton Cowser, Coby Mayo, Heston Kjerstad y Joey Ortiz, todos en un top 100 de ese rubro, sólo ahí superados con mayor cantidad por los Cachorros.

Esos potencialmente valiosos jóvenes se sumarían a ese talento enorme del receptor Adley Rutschman, junto a Gunnar Henderson, además de los abridores Kyle Bradish y Grayson Rodriguez, quienes llevaron a ese reciente título divisional, el cual no se le presentaba a la franquicia desde 2014.

¡Ojo!, los nuevos propietarios tendrán que ponerse a trabajar en el tema del estadio, pues el “nuevo” (Oriole Park at) Camden Yards fue el primero de esta, vamos a llamar, “onda retro” dentro de los estadios ligamayoristas y fue inaugurado en 1992 con ese combo de pasto natural, uso (casi) único, aire libre y con algo de fondos públicos, los cuales recibieron un “empujoncito” de buenos cientos de MDD el año pasado, recién se renovó en su pacto con la autoridad local por 30 años más, aunque tienen pendiente —al igual que el plan de los Mets de Nueva York— revisar CON LUPA el tema de las áreas adyacentes, pues le han querido meter una serie de atracciones y comercios.

Vimos con los Marlines, ahora de Miami, cómo comprar un equipo no es solamente querer ganar a punta de billetazos, hasta el gran Derek Jeter ahí salió lejos ante los nuevos manejos.

El tema de los derechos televisivos, junto a sus vecinos (también EN VENTA) Nacionales, será toda una suma para la renovación multianual.

Faltaría la aprobación de los restantes 29 dueños la próxima semana en su reunión, a celebrarse en Orlando, Florida, donde deberá tenerse la unanimidad.

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