Así se vivió el fervor futbolero en los mercados de la CDMX

CIUDAD DE MÉXICO.

La pasión por el futbol se puso de manifiesto en la capital del país con la contienda entre el seleccionado nacional y su similar de Corea del Sur.

Las calles de la ciudad lucieron con poca actividad vial y peatonal minutos antes de las diez horas de este sábado.

Desde temprana hora aficionados al balompié se reunieron en diversos restaurantes, plazas cívicas, mercados públicos o en sus domicilios particulares para observar el encuentro de fútbol y desayunar en familia.

Es el caso de la familia Campos Romo, integrada por los padres Roxana, Isaac y tres pequeños hijos, que decidieron desayunar en un mercado público de la colonia Santa Cruz Atoyac, delegación Benito Juárez para tal motivo todos los integrantes acordaron vestir la playera que identifica al seleccionado azteca incluyendo a el pequeño Isaac de tan solo un mes de nacido.

"Nos gusta mucho disfrutar estos partidos en familia, lo mejor es hacerlo en familia. El pretexto es el desayuno lo importante es ver el partido y apoyar a la selección. La idea es que a todos (mis hijos) les guste el futbol a ver si quieren," comentó Isaac Romo.

Con el sonido del silbatazo inicial surgió la esperanza de conseguir el segundo triunfo, consecutivo; la algarabía, los aplausos y los gritos unieron a los comensales que hasta hacía unos minutos comían y platicaban indiferentes en una de las treinta mesas del mercado público.

Sin importar el ángulo de visión para observar la contienda, en una de las tres pantallas colocadas para el día de hoy, los asistentes comían; cuando las emociones de las llegadas a gol se los permitía, sin importar que el café o los alimentos se enfriarán.

"Venimos a desayunar y a la emoción del juego con todos los comensales de este mercado tan bonito. No importa (la comida fría) hay que ver el juego que está tan emocionante y enviarles buena vibra al equipo mexicano", concluyó Rosy Medina que pronóstico la victoria.

El ensordecedor grito de gol, que puso en ventaja al equipo mexicano, relajo a los aficionados que pudieron seguir comiendo y hasta tuvieron tiempo de pedir café caliente.

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Una llegada fallida, para anotar gol, del equipo tricolor nuevamente hizo surgir el coro de "México, México".

El arranque del segundo tiempo tomo a las familias satisfechas y con la tentación de pedir un postre que debería de durar los próximos cuarenta y cinco minutos.

La tranquilidad y la confianza, para terminar el postre, llego con el segundo gol de la selección nacional.

Algunos de los jóvenes reunidos empezaron a organizarse para continuar el festejó, porque no, en el Ángel de la Independencia.

El gol de Corea de Sur, en tiempo de compensación, agrego un poco de nerviosismo al festejó que ya se vivía.

El suspiro con el final del encuentro dejo satisfechos a los aficionados que de inmediato pidieron la cuenta del consumo para retirarse, sin recordar la hermandad que unos minutos antes los unió con el resto de los asistentes.

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