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A Marlene Favela la vida le sonríe

Tras el derrame cerebral que sufrió y que casi le quita la vida, Marlene Favela ahora valora más las bendiciones que Dios le ha puesto en su camino

Rocío Rangel y Gustavo Adolfo Infante / Fotos : Octavio Lazcano | 01-08-2013

CIUDAD DE MÉXICO, 1 de agosto.- Bien dicen que uno no tiene la vida comprada, y eso le quedó claro a Marlene Favela el año pasado, tras sufrir un derrame cerebral que casi le quita la vida, pero gracias a sus ganas de vivir y a la segunda oportunidad que le dio Dios, la protagonista de la telenovela Zorro: La espada y la rosa, transmitida por Cadenatres, renació con ese inesperado suceso y ahora revalora a la gente que está a su alrededor, y ya no le da importancia a las cosas negativas desde que la vida le volvió a sonreír.

—Marlene, por ahora te vemos en la retransmisión de la telenovela Zorro: La espada y la rosa, pero el público mexicano te extraña en las telenovelas de nuestro país...

Así es, estoy muy contenta de que se retransmita esta historia por Cadenatres porque es bellísima. Yo extraño mucho México. Afortunadamente por un lado tengo la posibilidad de estar en otra televisora (Telemundo) y por otro lado, qué lástima que no todas las telenovelas lleguen al público mexicano, algunas sí han llegado a través del 109, Gala TV y otras desafortunadamente sólo las pueden ver por Telemundo Internacional.

—¿A qué se debe realmente tu ausencia, a que los productores mexicanos no te llaman o quizás porque no te llegan al precio?

Fíjate que he tenido la fortuna de ser invitada a muchos proyectos, Juan Osorio me invitó a su telenovela, también Salvador Mejía me invitó para La Tempestad. Siempre ha habido propuestas para hacer televisión en México, pero no se ha dado por una u otra razón, justamente cuando alguien me invita yo ya estoy comprometida o tal vez económicamente para mí eran más llamativas las ofertas que me habían hecho. Firmé un contrato de exclusividad con una cadena, porque era un contrato importante hablando de dinero, entonces creo que ésa es la razón y que no han coincidido los tiempos, por ejemplo, cuando Chava me invita a La Tempestad yo ya había firmado el contrato de exclusividad con Telemundo, y cuando Juan Osorio me invitó, acababa de firmar con Univisión para hacer Corazón apasionado con Gay Ecker, así que las fechas no se han dado y cuando terminé la del Zorro y vine a México a hacer Amor sin maquillaje ( 2007), y después descansé un ratito, y a partir de ahí fue novela tras novela en Estados Unidos, y me encantaría volver a México, pero creo que será con un proyecto más adelante.

—¿Telemundo qué historia te dará este año para que protagonices?

Ya tuve la primera reunión con los ejecutivos y estoy revisando historias. Estamos viendo cuál es la historia adecuada para mí, porque mi última novela fue un drama muy fuerte y una historia que se llamó El rostro de la venganza, donde la protagonista es una asesina en serie y estamos viendo personajes que le den vuelco a mi carrera como actriz.

—Ya lograste la internacionalización con Televisa y Telemundo, ¿pero aún tienes la inquietud de saborear las mieles del éxito, pero ahora en Hollywood?

Hollywood no es mi meta, mi sueño es hacer buenos proyectos si son en la India o en República Dominicana o si son en Panamá, Chile o en Estados Unidos. Lo que quiero hacer son proyectos importantes que me hagan crecer como actriz, decir qué quiero hacer una película en Hollywood, ya la hice. Hice Especies 4, una película de ciencia ficción, obviamente Hollywood es Hollywood, cualquier actor quisiera estar ahí, pero no es mi meta.

LLEVA UNA ALIMENTACIÓN MUY BALANCEADA

–Por otro lado, ¿cómo le haces para poseer esas curvilíneas?

Llevo una alimentación balanceada, llevo como cinco días que no hago nada de ejercicio, pero bueno trato de comer sano y hacer cardio, y tomar mucha agua, ésa es la base. No hay qué hacer grandes cosas. Genéticamente mi familia es muy delgada y mis hermanas también son curvilíneas como todas mis paisanas de Papasquiaro, Durango (se ríe).

—Así que naciste en Santiago Papasquiaro, Durango...

Ahí nacieron mis padres, ahí nací yo. Es un pueblito maravilloso al norte del país y prácticamente colinda con Sinaloa, aunque no hay carretera por ahí. Es una población aproximadamente de unos 120 mil habitantes, pero generalmente viven de la agricultura, y es un pueblo maravilloso. Ahí crecí y tengo muchísimos recuerdos y también tiene muchos años que me fui. Mi familia es una familia numerosa, mi papá tiene 11 hermanos, mi mamá sólo tiene una hermana y nosotros somos cuatro mujeres. Lo que pasa es que mi papá era viudo cuando se casó con mi mamá y él tiene cuatro hombres de su primer matrimonio y cuatro con mi mamá.

—¿Tus papás a qué se dedicaban?

Mi papá es odontólogo y ya no ejerce, porque tiene 82 años, y mi mamá es ama de casa, es una mujer dedicada a su familia, a su hijas y a cuidar a su esposo como se estila en la mayoría de las mujeres de mi pueblo.

—¿Eres la hermana número...?

Tres. Mi hermana mayor se dedica a la cosmetología y se llama Laura, y es siete años mayor que yo. Mi hermana la que sigue es médico y se llama Mabel, y mi hermana la chiquita desafortunadamente ya no está con nosotros, pero yo la sigo contando como si fuéramos cuatro murió de una enfermedad que se llama fibrosis quística, una enfermedad terriblemente dolorosa y no sólo para quien la padece sino para su entorno. Es una enfermedad genética y desafortunadamente ya no está con nosotros. En el caso de mi hermanita le afectó los pulmones, su mucosa, pero en realidad es una enfermedad que es un enemigo silencioso y va afectando cada uno de los órganos, si no tienes un tratamiento adecuado y si no te la detectan a tiempo. Tenía 18 años cuando falleció, he aprendido que la vida a veces no es justa y a cada quien nos toca vivir experiencias por alguna razón. Obviamente te haces muchas preguntas sin respuestas, pero mi familia está muy cerca de Dios y yo aprendí a aceptar las cosas de Dios, así tal cual y sin preguntarse mucho.

—¿Profesas alguna religión?

Soy católica de nacimiento, no practico y no soy una persona que vaya constantemente a misa; creo en Dios sobre todas las cosas, tengo una devoción por la Guadalupana porque lo que ella envuelve y lo que ella genera en este país me parece maravilloso, pero no profeso mi religión.

—¿Hasta qué año estudiaste?

Estuve en Santiago hasta los 16 años, luego vine a la Ciudad de México para hacer la secundaria, era bastante buena hasta la secundaria porque la prepa me tocó hacerla abierta. Mitad acá y mitad allá y ya no fui tan buena en los números y eché un poquito de flojera. Practicaba el basquet y el volibol.

—¿Por qué vienes a México?

Porque los nueve hermanos de mi papá vivían en el Distrito Federal, y para mí era muy fácil venirme con mi abuelita porque yo quería estudiar Derecho y mi abuelita me dijo: vente y vine con la idea de estudiar. Me encantaba el área penal, yo quería en mis ideales y pelear un poco por la justicia y llegar a tener un puesto en el municipio y esos eran mis anhelos de aquella época. Llego a México y quiero entrar a la Libre de Derecho y no pude porque venía de una prepa abierta y no aceptaban a nadie así. ¿Por qué no entré a otra universidad? Porque ya tenía otra fijación y entrar a la Libre de Derecho era como mi sueño porque cuando me dicen que no, mis papás me dicen regrésate a Santiago o a Durango, pero yo ya había conocido por ahí a algunas personas que me habían dicho ¿por qué no trabajas de modelo? Y te sirve para ganar un poquito de dinero. Empecé a modelar en una agencia con Glenda Reyna, estuve dos años con ella porque me jalaron al CEA de Televisa a los 18. Después el señor Eugenio Cobo, del CEA, me invitó y es una de las personas que más cariño le tengo de toda la gente que he conocido en esta profesión porque él fue como mi papá, mi guía, mi amigo, y entré en pánico cuando entré como actriz porque nunca me lo había planteado y me asustaba. Él me ofreció una beca y estuve un año en una prueba especial, y saliendo de su oficina me cruzó con el señor Héctor Suárez y me dijo: “niña ven, ¿qué hace?” y le dije: “soy actriz recién egresada del CEA” y me dijo: “vete al foro porque están haciendo la segunda temporada de ¿Qué nos pasa?” Él me dio mi primera oportunidad haciendo sketches, y luego me hizo un personaje que era la muerte en varios de sus segmentos, entonces me dio trabajo durante mucho tiempo.

—Entonces, tu primera telenovela fue La intrusa y ya son 18 novelas, ¿con cuál te quedas?

Todas son importantes porque en su momento fueron muy especiales, pero sin duda hay una novela que marcó un antes y un después en mi vida como actriz que fue Gata salvaje, aunque a veces cuando me veo no me gusto. Es una historia maravillosa pero estaba muy inexperta, y hay cosas que hubiera cambiado, sin embargo es una historia increíble. Es un melodrama tradicional que enamoró a mucha gente y que me dio la oportunidad de cruzar muchas fronteras, por ejemplo, en España es la décima novena vez que se pasa y en México acaba de empezar por Galatv y es la segunda vez que se transmite. La otra telenovela que le dio un giro a mi carrera fue la del Zorro, además fue la primera vez que se juntaba Televisa, Sony y Telemundo para coproducir una historia. Dicen que es la historia más ambiciosa hecha en la televisión, donde tenía 500 vestidos de época, algo impresionante. Fue una novela hermosa porque aprendí muchísimo.

HA TENIDO CINCO GRANDES AMORES

—Cambiando de tema, ¿has sido noviera?

Muy poco. He tenido cinco novios. Soy de amores muy largos. No sé si eso sea bueno o malo. Mi actual pareja (Guy Davidyan) se dedica a esto, pero no es muy conocido en México, sino en el Medio Oriente. Él es israelí, ha hecho series en su país.

—Duraste cuatros años de novia con Jorge Kahwagi, pensamos que se iban a casar

Jorge fue una persona importantísima en mi vida, compartí muchos años de mi vida con él y tuvimos una relación muy linda y basada en el respeto y la complicidad. Teníamos planes de casarnos y tenía anillo de compromiso, pero a veces haz planes para que Dios se ría de ti. No éramos el uno para el otro, lo entendimos y cada quien siguió con sus vidas entendiendo que fue una relación muy bonita y que siempre fuimos muy directos en decir lo que queríamos y en lo que pensábamos. Las cosas se terminan cuando las conversaciones se acaban y no hay nada qué hacer y cuando tu proyecto de vida va en un rumbo diferente.

—¿Por qué te dio el derrame cerebral?

Estuve muy grave, las causas son muy diferentes en mi caso y yo tenía una malformación de una arteria y que se hizo en el vientre de mi mamá. Lo que pasa es que la presión de la vena y de la arteria es totalmente diferente y cuando se juntan, que es lo que me pasó a mí, la presión es distinta y empezó a sangrar. Nunca había tenido un síntoma de nada. Cuando tomé un vuelo de México a Miami, llegando allá me comienzan dolores muy fuertes de cabeza y pienso que se trata de una alergia y dejo pasar todo ese día, pero en la madrugada me empiezo a sentir muy mal: sentí cómo me hormigueaban las piernas y los brazos y tenía ganas de vomitar. Me asusté muchísimo y corrí al hospital, y ahí me dijeron que tenía algo en el cerebro y me hicieron un examen porque pensaban que era un tumor o un derrame cerebral y cuando yo escuché esas dos palabras todo el mundo se me vino encima. Me intervinieron al otro día por medio de un catéter al cerebro para embolizar y pegar la arteria y no siguiera sangrando.

—¿Así que tu vida cambió?

Por completo. Ahora no permito que las cosas que no están a mi alcance me afecten. Sí lo puedo solucionar que bien y si no para qué me preocupo. Trato siempre de relajarme. Ya no me enojo por nada y trato de pasar el mayor tiempo con la familia porque nadie asegura que voy a estar mañana. Disfruto cada momento que vivo. El 5 de agosto nací y el 27 de julio de 2012, cuando me sucedió el derrame, renací. Ahora me encuentro en una etapa de mi vida plena y haciendo lo que me gusta.

hch

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