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Rectificar

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

El análisis de los expertos mundiales es claro: una segunda ola de contagios de covid-19 es evitable, aseveró ayer la OMS.

Todo depende de que el regreso a la nueva normalidad se haga con la prudencia adecuada. Poco a poco, con el compromiso de que ante cualquier signo de un aumento de casos, vayamos de regreso al confinamiento. Para nadie es el escenario ideal. El mundo que conocemos clama por el regreso de sus rutinas que dan sentido y sustento. Por ello, países que ya han visto su curva de contagios ir en picada salen a las calles de manera gradual, porque sin una vacuna, el riesgo es el mismo para todos. Con más razón un país como el nuestro, con cifras de contagio que no dejan ver el momento en que se aplane la curva, debe tener esa posibilidad como una prioridad en su plan de acción. Y qué bueno que el Presidente lo sepa: “Estamos en una etapa inicial hacia la normalidad, pero se está haciendo con cuidado, no se está abriendo toda la actividad productiva ni recreativa. Lo primero es no arriesgar la vida de la gente. Si se necesita, rectificamos en alguna región, si vemos que hay rebrotes...”, afirmó ayer.

Ésa es la certeza que se necesita. Y estaría mucho mejor sostenida, si la escucháramos de un Andrés Manuel López Obrador que esperó por un mejor momento para reiniciar sus giras. Si usara cubrebocas. Si su recuerdo inmediato, de los días de confinamiento, fuera de quien respetó las medidas de la sana distancia. No ha sido así. Aunque esto no quita que la posibilidad de rectificar esté advertida y con ella, envíe un mensaje al país entero.

La Jornada de Sana Distancia terminó hace apenas cuatro días, cuando nos acercábamos a los 93 mil contagios. Ayer México superó los 100 mil pacientes y 11 mil muertos. Amanecimos con la declaración de Hugo López-Gatell a El Universal, en donde afirma que el efecto de la pandemia en nuestro país se estima en 30 mil muertos y no 8 mil, como afirmó hace un par de meses en entrevista a la agencia EFE. Es evidente, lo comentamos aquí hace un par de días, que México tuvo que incorporarse a la cadena de producción que se activa ya en el resto de países de Norteamérica; sin embargo, debemos estar conscientes de que estamos aún mucho muy lejos de dar carpetazo al coronavirus.

“El rango más alto se ha cerrado un poco más y será el próximo 6 de junio, el sábado, cuando tendremos el pico más alto...”, explicó ayer Octavio Miramontes, del Instituto de Física de la UNAM, a mi compañero Pascal Beltrán del Río. El investigador hizo referencia al aumento de casos que hubo una vez que pasaron los 14 días de incubación del virus tras los festejos del 30 de abril y el 10 de mayo, aseguró que esto afectó las predicciones de los modelos matemáticos que se emplean para dar seguimiento a la pandemia.

Con el inicio del tránsito a la nueva normalidad, autoridades ya alertan del aumento de movilidad, y no precisamente de quienes forman parte de los sectores esenciales autorizados para su operación. Lo alertó ayer la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum; lo mostramos ayer en Imagen Televisión.

La advertencia de López Obrador debe entrar a oídos de todos, porque el regreso a la vida que conocimos antes del covid-19 debe hacerse de manera segura. No importa cuántas veces debamos rectificar el camino.

 

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