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Ni futuro ni desliz

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

-La Cuarta Transformación tiene un programa estrella, es su estandarte cuando se trata de presumir.

“Ayer hable que también se tenía que proteger la vida de los presuntos delincuentes porque son seres humanos y me llamó mucho la atención que intelectuales y profesionales supuestamente progresistas, me cuestionaron por eso (...) ¿Cómo vamos a querer que alguien pierda la vida? ¿Cómo vamos a estar en el fondo a favor de la ley del Talión del que a hierro mata a hierro muere… y el diente por diente? Y el ‘ojo por ojo’...”, respondió ayer el Presidente, luego de las críticas a la declaración que hizo y que también refe­rimos en este espacio. Y no, López Obrador no pierde. Insistió e insistió en que la suya es la visión correcta y que es un complot de los conservadores, incluso de los me­dios que “sirven” a sus opositores, responsables de todos nuestros males, aunque lleven al menos tres años fuera del gobierno.

Agregó también: “Cuando dije: ‘Abrazos, no balazos’, se rie­ron, y todavía lo siguen haciendo. No me importa, porque nuestra estrategia de atender a la gente pobre, de atender a los jóvenes nos está dando resultado, sin violar derechos humanos (...) Se está avanzando porque les estamos qui­tando el semillero a la delincuencia, les estamos quitando a los jóvenes. ¿Hasta dónde está­bamos? ¿Hasta dónde habíamos llegado? A decir: ‘Ahí están los halconcitos’, pero ¿qué hacíamos para que no hubiera halconci­tos?...”, así refirió que su adminis­tración ha apostado como nunca antes en el trazo de caminos para evitar que jóvenes en condicio­nes de vulnerabilidad caigan en las filas de los grupos criminales.

La Cuarta Transformación tiene un programa estrella, es su estandarte cuando se trata de presumir su enfoque social para la próxima generación: “Jó­venes Construyendo el Futuro”. Sin embargo, hasta aquí se han encontrado irregularidades que pintan más líneas al tigre de co­rrupción que, según nos habían prometido, quedaría extinta con este gobierno. Lo último fue reportado por El Universal hace un par de semanas: “Un análisis de 155 quejas ciudadanas turnadas a la Secre­taría de la Función Pública (SFP) obtenidas a través de una solicitud de información, permitió identificar por lo menos cinco formas de violentar las reglas de operación y obtener beneficios sin cumplir con los requisitos…”. En este progra­ma, jóvenes de entre 18 y 20 años podrían vincularse con empresas o lugares en los que podrían desarrollar hábitos laborales con el goce de una compensación económica, poco más de 5 mil pesos al mes. Pero como en nuestro país, gobierne quien gobierne, nada está blindado de tranzas. En febrero de 2021, la Auditoría Superior de la Federación reportó que en sus primeros meses de operación, el pro­grama funcionó sin una base de datos precisa; también que algunos de los apoyos fueron entregados a “servidores de la nación” (oooootro programa de la 4T), y los hallazgos más terribles: se entregaron apoyos a personas ya falleci­das y varios centros de trabajo estaban ubicados en sitios en total abandono.

Así que ni futuro ni desliz, el gobierno de México no apuesta a nada que no sea su propia narrativa. Programas sociales que en realidad tienen fines clientelares y estrategias de seguridad ineficaces respaldadas en discursos trasnochados y muy sensibles a la crítica.

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