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Los pactos

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

“Ahora con la simulación sobre el feminismo empiezo a escuchar: ‘Rompe el pacto, rompe el pacto, rompe el pacto’. Les digo sinceramente, y no miento, me enteré de lo que era eso hace cinco días, porque mi esposa me dijo. Le digo: ‘Oye, ¿qué es esto de rompe el pacto?, explícame’; y ya me dijo: ‘Rompe el pacto patriarcal, o sea, deja de estar apoyando a los hombres’... Pero yo, cuando se habla de rompe el pacto, pues ya lo estoy rompiendo: el llamado Pacto por México, que no fue más que pacto contra México; o el pacto del silencio que establecieron los que reprimieron y desaparecieron a los jóvenes de Ayotzinapa, pacto de silencio; pero el otro pacto no…”, escuchamos esto ayer por la mañana en Palacio Nacional.

 

  • Y hay muchas, pero pocas frases tan demoledoras. Tan punto de quiebre. No, Presidente, el pacto patriarcal no es ir contra los hombres. Es permitir que un hombre que está acusado de violación por, al menos, cinco mujeres, sea candidato a la gubernatura de un estado.

Es mantener a esos hombres de dudosa reputación en puestos de poder, alentarlos y protegerlos, porque así lo acordaron tras años de lealtad a la causa, a un movimiento.

Es creer que vale pagar el costo político, el enviar un mensaje al país, al mundo, de que los miles de víctimas de acoso, abuso y feminicidio no nos han siquiera sensibilizado.

Es excusar una y otra vez. Es descalificar sin descanso.

Sí, hay un montón de pactos, Presidente. En eso no se equivoca. Está el de silencio, ése que se opera al callar cuando se sabe de los abusos de otro, porque se asume que protegiéndolo también están creando una red de protección personal.

Callar por el otro, para que el otro también calle por mí, si es necesario. Es la omisión ante los escándalos ajenos, es no contribuir a su esclarecimiento, por el miedo que llegue su turno y salgan a la luz los abismos propios.

Pero la gran mayoría de esos pactos, Presidente, son derivados de ése del que usted oyó nombrar apenas hace cinco días; ese mismo que, como tantos millones de hombres, aquí y en China, han ejercido durante toda su vida. Ése, aquel, todos los pactos, se gestan en el patriarcal, el que acuñan sólo ustedes, el pacto que no conoce de estratos sociales ni preparación académica; que se firma tácitamente sólo por el hecho de ser hombres y que les otorga tantos privilegios.

 

  • Esos pactos que redactaron leyes, a las que les ha hecho falta una perspectiva de género que apenas se construye.

Esos pactos con los que se trazaron organigramas que, aún en el 2021, siguen sacudiéndose para dar espacio a mujeres a donde antes no teníamos acceso.

Esos pactos que por mucho tiempo validaron la idea de que no podíamos asistir a la universidad o emitir un voto, el que nos condenaba a la cocina.

Esos pactos que hacen creer a los hombres que pueden poseer nuestro cuerpo, una, dos, cinco veces y ser premiados con una gubernatura.

Esos pactos que han permitido el escape de tantos feminicidas. Esos pactos que han justificado despidos y golpes.

Esos pactos que nacen de uno, ése que usted dice apenas conocer.

 

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