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La “defensa del voto”

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Desde las primeras horas del miércoles llegaron las advertencias de la guerra anunciada. Incluso, durante la jornada electoral. Reporteros en cobertura especial, relataron que algunos ciudadanos acusaron haber recibido llamadas telefónicas en las que, amablemente, les pedían que aguantaran un día más para emitir su voto, de esa forma evitarían aglomeraciones ante la pandemia. Una estrategia bastante simple, pero efectiva si lo que deseaba era inhibir la participación, después de todo, “mañana” ya sería demasiado tarde para votar. Parecen mañas de comicios mexicanos, pero no, fueron historias que se contaron por televisión el pasado martes. Un breve asomo de lo que vendría horas después, cuando los números de los colegios electorales asignados a cada candidato comenzaron a tomar forma.

Donald Trump puso en marcha su industria para la “defensa del voto”. Tuits provocadores, tanto que hasta la red social le marcó publicaciones por ofrecer información engañosa. Cliente asiduo. Aunque para la tarde noche de ayer, Joe Biden mantenía una muy esperanzadora ventaja (253 de 270, frente a los 214 de Trump, según NYTimes), aún faltan los resultados de Nevada, Michigan, Carolina del Norte, Pensilvania y Georgia, y lo que aporten esas entidades a cada candidato aún podrían revertir la tendencia. Puede ganar cualquiera, por ello Trump no paró de señalar fraude, de pedir conteo voto por voto (tanto que nosotros conocemos esta cantaleta) en los estados que no le favorecen.

“Vamos a ir a la Suprema Corte”, “Nosotros ya ganamos en lo que a mí concierne”, “Es poco probable que nos alcancen”, “Hubo gran número de votos arrojados en secreto”, “El daño ya se ha hecho a la integridad de nuestro sistema y a la propia elección presidencial”. Todas frases expresadas por el republicano en las 24 horas siguientes a la elección, todas al tiempo en que las calles de Washington DC se mantenían alerta y recibían a manifestantes, lo mismo que en la Quinta Avenida en NY, en los alrededores de la Torre Trump, y tal como ocurrió en Los Ángeles, donde, incluso, la zona de Rodeo Drive lució tapiada ante las movilizaciones.

Ni demócratas ni republicanos esperan que los próximos días sean de calma. Por el contrario, si en las próximas horas se confirma una tendencia irreversible en favor de Joe Biden, la base republicana responderá al aliento que salga desde el aún ocupante de la Casa Blanca.

Así como Trump justificó el uso de la fuerza tras las manifestaciones del Lives Black Matters por el caso de George Floy, así también respaldó en redes a todo seguidor suyo que sugería planes conspirativos en su contra, nada mejor para él en estos momentos que alimentar un discurso de odio frente a quienes, según él, “traicionan a su país”. Nadie como él para atizar el fuego. Ya circulan correos en los que se piden aportaciones económicas para el movimiento que defenderá ese voto que Trump acusa le ha sido robado.

Y esto es también lo que deberá resolver esta elección, la profunda división social. Si el triunfo se lo lleva Biden, tendrá encima la enorme tarea de reconciliación porque sabemos que si gana Trump, esta es imposible, pues vive de la provocación.

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