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“Ingeniería electoral” 

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

PRImero ellos. PRImero el pasado. PRImero Morena. En estas tres frases se puede resumir lo que sabemos hasta el momento sobre la reforma electoral que Andrés Manuel López Obrador está por envíar al Congreso y que comentamos en este espacio. PRImero las transas, puedo agregar, me explico: 

Al parecer todo está pensado para que Morena se configure como el PRI del siglo XXI, un nuevo PRI, un movimiento de regeneración nacional más pensado en una revolución institucionalizada. Cuando en 1977 llegaron los diputados plurinominales, gracias a la propuesta promovida por Jesús Reyes Heroles, entonces secretario de Gobernación de José López Portillo, la intención fue dar voz, un lugar en la toma de decisiones, a las minorías que no están en condiciones de pelear un escaño en las urnas, pero, sobre todo, para sumar representatividad en el Congreso de la Unión. Veinte años después, se agregaron también en el Senado. Eliminarlos atenta contra la diversidad, el nuevo PRI, digo, Morena, quedaría sobrerrepresentado (éste o cualquier otro partido que sea mayoría) y
ya suficiente tenemos con la configuración legislativa actual. 

 

Por otro lado, hacer que quienes lleguen al Congreso sean sólo personajes dispuestos a jugarse la elección vía el voto popular, dejaría a los ciudadanos a la suerte de quienes estarán dispuestos a todo por su simpatía, hasta a los ridículos ya visto en TikTok, que ya en la última campaña nos dio momentos verdaderamente vergonzosos. No sólo se trata de carisma.  Las curules otorgadas vía representación proporcional, permite elegir a perfiles académicamente mejor preparados y que son los deseables a tener en el Congreso a la hora de redactar y hacer iniciativas de ley.

¿Quitarle dinero al INE? Qué peligro. Que el Instituto Nacional Electoral tenga los recursos suficientes para realizar procesos con protocolos precisos, es lo que ha impedido que la política apueste a viejas y priistas prácticas: ratón loco, embarazo de urnas… y tantas más herencia de los mejores tiempos del Revolucionario Institucional. Ya veo a todas las fuerzas relamiéndose los bigotes, listos para regresar a los tiempos de las grandes transas electorales. 

 

Por eso insisto: la reforma electoral que Andrés Manuel López Obrador ha adelantado, está pensada para regresar a esos tiempos, que según el mismo Presidente, es la  causante de todos nuestros males. El regreso a la política y su ejercicio basado en los manuales del tricolor, cuando se cometían fraudes al por mayor, y con mirada a la perpetuidad. Ah, porque ahora, con la reelección legislativa, ¿cuánto tiempo planearían quedarse en su escaño. Y si a esto sumamos la barbaridad de que el consejero presidente y consejeros del INE, así como los magistrados del Tribunal Electoral, se elijan mediante el voto popular, bastará ser de la gracia de quien esté en capacidad de nominar, y con el carisma o popularidad suficiente para ganar una elección, así te llames Cuauhtémoc Blanco.

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