Expediente Cienfuegos

“La Fiscalía General de la República tiene un expediente que los EU le mandaron con 700 hojas en las que supuestamente hay pruebas en contra de Cienfuegos. Si la Fiscalía General de la República estima que esas pruebas son suficientes para llevar a juicio a Cienfuegos, entonces le pediría orden de aprehensión a un juez en México (…) Lo llevarían a una prisión militar y lo enjuiciarían en el fuero civil, en el fuero federal civil, no en el fuero militar. Porque tratándose de delitos que no tienen que ver con lo militar, serían los civiles los competentes para enjuiciarlo. A todos los militares a los que se les enjuicia se le manda a una prisión militar porque no se les puede llevar a una prisión donde haya cárteles, Zetas, miembros del Cártel del Golfo, de Sinaloa...”, me explicó Juan Velásquez, quien fuera asesor del general Cienfuegos durante los seis años que estuvo frente a la Sedena, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

En la entrevista para Imagen Televisión detalló: “Es absolutamente inusual que la Fiscalía que presenta cargos ante un juez y para que se enjuicie a una persona de pronto desista de esos cargos. Excepto, si de pronto resulta que esos cargos van a ser insostenibles en un juicio. A la jueza no le quedaba otra cosa más que simplemente por el desistimiento de los casos, decretar la terminación del procedimiento y ordenar la inmediata libertad de Cienfuegos...”, aclaró.

“Es un extranjero con visa de turista que por lo que sucedió, será puesto a disposición de las autoridades mexicanas (…) Cienfuegos ya está en libertad, Cienfuegos ahora será entregado a las autoridades mexicanas ya como una persona libre para que venga aquí a México…”, me agregó.

La narrativa sobre este caso cambió en cuestión de semanas en Palacio Nacional. El Presidente, que en primera instancia celebró la detención, subrayó ayer la confianza en la relación entre México y Estados Unidos, misma que permitió este acuerdo. Y es cierto, si algo ha sobresalido en los casi dos años de gobierno, es el finísimo trabajo diplomático de nuestro país.

En varias trincheras, la cancillería ha demostrado aplomo y rigor cuando se trata de definir el mejor camino para México. Sin embargo, ahora es la Fiscalía General de la República la que deberá finiquitar este expediente. Ya la Secretaría de Relaciones Exteriores hizo lo suyo, ahora es Alejandro Gertz Manero quien tendrá que construir un caso desestimado por un sistema de justicia como el estadunidense, que pocas veces se equivoca. Es una tarea nada fácil, pero el gobierno de EU y la diplomacia mexicana vieron posibilidades, es momento de que la FGR demuestre su capacidad de respuesta, no para culpar, sino para demostrar y despejar todas las dudas que hoy circulan alrededor de este caso.