¿Embajador?

La representación nacional importa, tanto en el extranjero como al interior. Hace unos años, fue un escándalo cuando se difundió la anécdota del #CeniceroGate de Fidel Herrera: al exgobernador de Veracruz se le hizo fácil echarse un cenicero durante una ceremonia del Banco de España en Madrid.

Un escándalo, tal como lo fue también cuando Óscar Ricardo Valero, entonces embajador de México en Argentina, fue protagonista de un video en el que se le vio tomar un libro de un estante en El Ateneo, la librería más importante de Buenos Aires.

Un escándalo, igual que cuando Isabel Arvide sumó el nombre de López Obrador en las arengas durante el último festejo del Grito de Independencia en Estambul, Turquía.

Por supuesto, la representación importa, por eso es que de igual forma, ante cualquier personaje público, tengan o no que ver con la política, cuando su trabajo resalta en el extranjero decimos que ponen el nombre de México muy en alto.

Por eso es que hoy muchos nos preguntamos qué va a pasar con el nombre de nuestro país y su representación en otro punto del globo, no importa la distancia.

En los casos anteriores, hubo desmentidos, ceses y negaciones; cuestionables o no, ninguno comparado con lo que hoy se nos cuenta de la posibilidad de representación en Panamá.

Robos vergonzosos e injustificables y propaganda no se comparan con los actos que ponen en riesgo la integridad de una persona.

Organizaciones de derechos humanos han pedido a las autoridades de Panamá que no acepten las cartas credenciales de Pedro Salmerón en caso de que su nombramiento como embajador de México en ese país sea ratificado por el Senado.

Y las razones son las mismas que provocaron las varias protestas contra la candidatura de Félix Salgado Macedonio hace un año, sólo que ahora ahí se suma la gravedad de ver, de confirmar, que el gobierno de México no entendió absolutamente nada de aquel episodio.

Si en ese entonces dieron la espalda a las denuncias penales presentadas contra el político guerrerense, hoy arguyen que lo que se necesita son esas denuncias para entonces actuar en consecuencia.

López Obrador llama a que sean por la vía penal, no sólo por las redes sociales, donde se resuelvan las acusaciones, varias, de acoso sexual que pesan sobre la figura de Pedro Salmerón.

Peor aún ver que quienes comulgan con la 4T han cerrado filas con el nombramiento, así les cueste años de trabajo y credibilidad con el movimiento feminista.

Durante esta semana, el Presidente no cesó en la defensa del historiador, lo mismo hicieron varios personajes públicos que con una declaración o un comunicado dieron la espalda a la causa por la que siempre lucharon. 

¿Cuál es el papel que quiere jugar México en la narrativa internacional, avalando un nombramiento como el de Salmerón? ¿No estamos en un momento en donde todo se cuestiona en lugar de negarse? Pedro Salmerón, señalado por acoso sexual por varias de sus exalumnas, como embajador, ¿qué le dice al mundo sobre nuestro país? ¿Qué le dice a los mexicanos? Vaya forma de refrendar ese pacto que pocos son capaces de reconocer.