Logo de Excélsior                                                        

El infierno

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

“No se descarta ninguna línea de investigación, pondremos todos los recursos en nuestras manos para determinar los hechos que han sucedido y, si éstos indican un delito, serán perseguidos con toda la fuerza de la ley…”, informó anoche la Fiscalía de Nuevo León, tras confirmar que el cuerpo hallado dentro de una cisterna del motel Nueva Castilla era de Debanhi Escobar. Aunque durante las horas previas a este mensaje y tras del hallazgo, dejaron correr la versión de que, posiblemente, la joven cayó accidentalmente. Que el pozo se le atravesó, pues. ¿Y eso cómo? Las imágenes, los mapas, lo que ocurrió… el momento y el lugar en que fue hallado el cuerpo. Ahí, del otro lado de la barda del que por 13 días fue el punto de reunión para la familia y voluntarios que no pararon en la búsqueda. Se usaron binomios caninos, drones… y no hubo noticias, de pronto el cuerpo aparece y la falta de rigor de las autoridades generan más dudas que respuestas.

Las palabras del padre de Debanhi, Mario Escobar, rompen el alma: creyó en las autoridades y le fallaron. Si en los primeros días de la crisis de mujeres desaparecidas en el estado, la reacción fue acusar que se trataba de huidas voluntarias, cuando intentaron tomar en serio el problema, generaron esto: un escenario de absoluta desolación. No hay autoridades capaces de responder a la altura de sus gobernados.

Y no sólo se trata de Nuevo León. México es un camposanto por tantos feminicidios. Tantas familias que han tenido que dejarlo todo, para dedicar sus días a ir tras el rastro de uno de sus integrantes. Olvidan el trabajo, la vida para dedicarse por entero a encontrar el momento de un reencuentro que pocas veces llega.

Y las omisiones, lo mismo de autoridades locales que a nivel federal. No fueron suficientes las más de 75 mil mujeres que salieron a las calles en 2020. Tampoco las mismas 75 mil que tras una pandemia, se reencontraron: mismo día, 8 de marzo, misma razón, la violencia contra la mujer. Tampoco bastaron las 11 mujeres que en promedio son asesinadas en este país cada día, ni las siete que desaparecen en el mismo lapso de tiempo. Esas cifras no bastaron para que Andrés Manuel López Obrador nos diera a las mujeres un espacio en su agenda. Pero, paren las prensas, tras el caso de la joven Debanhi en NL, anunció presuroso una nueva sección en la mañanera de cada jueves. No creamos que el gobierno de México es pasivo frente a una realidad abominable, que por terrible que es cada día, nos sigue sorprendiendo.

 

  • Pues le va a tomar toda la mañanera, Presidente, porque son al menos 3 mil 200 mujeres las que han sido asesinadas por el simple hecho de ser mujeres desde que inició su sexenio. También son 30 mil los desaparecidos. Ya va tarde en la rendición de cuentas por estos casos. Aunque con eso no basta, hay que actuar, Presidente, para evitar que cada día sean más las vidas que se apaguen, las familias que se rompan. Eso sí lo haría el Presidente más feminista de la historia. Cualquier otra cosa, es un malabar para evitar el escarnio ante su inacción al ver cómo México se ha convertido en un infierno.

 

 

Comparte en Redes Sociales