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Del “Ya me cansé” al “Ya chole”

Vianey Esquinca

Vianey Esquinca

La inmaculada percepción

El 7 de noviembre de 2014, el entonces procurador de la República, Jesús Murillo Karam, les regaló a sus críticos la frase que lo marcó para siempre: “Ya me cansé”. Las palabras las pronunció en la sesión de preguntas y respuestas de una muy larga conferencia en la que daba a conocer información sobre el caso de los normalistas de Ayotzinapa. Seguramente, el funcionario nunca se imaginó que su frase se convertiría en trending topic mundial. Durante varios días, a pesar de los intentos gubernamentales de eliminar la tendencia, el #YaMeCansé fue la gasolina para un ataque tanto orgánico como orquestado contra el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Pues bien, en la semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador demostró que nadie aprende en cabeza ajena. Cuando en la conferencia mañanera del jueves le preguntaron sobre la petición de colectivos y miles de mujeres para que rompiera el pacto que mantiene a Félix Salgado Macedonio como precandidato de Morena al gobierno de Guerrero, el mandatario respondió: “Como dicen algunos ¿no?, ya chole… Si nosotros padecimos eso durante años, ataques tras ataques, ¿cómo no voy yo a estar desconfiado o actuar de manera precavida? Que se trata de asuntos delicados, sí, pero no callarnos”.

Lo que es un hecho es que el #YaMeCansé y el #YaChole son espejo de cada gobierno. La administración de Peña Nieto empezó a mostrar signos graves de agotamiento precisamente con el caso Ayotzinapa. El agobio lo invadió y ya nunca pudo salir de su marasmo, fue languideciendo bajo las críticas de corrupción y malos manejos. Por supuesto, también se quejaba de ataques infundados y de sufrir bullying por parte de las organizaciones de la sociedad civil.

Por su parte, la expresión del tabasqueño es un reflejo más de que no le gustan las críticas ni escuchar las mismas quejas de siempre, pero en lugar de resolverlas, busca callarlas o minimizarlas. El “ya chole” es una expresión de hartazgo, no de empatía, es un “deja de estar molestingando”, es un “siempre con lo mismo”. Lo dicen las personas cuando ya perdieron la paciencia y, sin lugar a dudas, López Obrador ha mostrado en muy poco tiempo que sus niveles de tolerancia llegaron al mínimo.

Además, resulta curioso que uno de los presidentes más reiterativos en sus respuestas, que siempre culpa al pasado o a los neoliberales de los errores de su gobierno, que se victimiza todos los días aduciendo campañas de desprestigio en su contra o de sus cercanos, que no acepta un solo error en sus decisiones sea el que mande a decirle a quienes le piden congruencia que “ya chole”.

A quien debería decirle “ya chole” es a su partido que es capaz de entregar sus candidaturas a impresentables o incapaces; a los morenistas que están utilizando la vacunación con fines electorales; al director de CFE, Manuel Bartlett, para que deje de estar poniendo pretextos; al subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, para que cambie, de una vez, la estrategia fallida contra la pandemia. A esos, entre muchos otros, es a quienes el mandatario debería decirles “ya chole”.

A pesar de lo desafortunado de la frase del Presidente y que el #YaChole también se convirtió en tendencia, no duró tantos días como la del exprocurador.

Pero esa frase puede ser una de las que marquen al gobierno de la 4T junto con “la pandemia ya se domó”, “la pandemia vino como anillo al dedo”, “no mentir, no robar y no traicionar  ayuda mucho para que no dé el coronavirus”, “abrazos, no balazos” o “yo tengo otros datos”. Todas estas expresiones, algunas planeadas y, otras, seguramente, espontáneas, pintan de cuerpo entero un gobierno que no es capaz de entender dónde están los verdaderos problemas.

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