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Caminito de la escuela

Vianey Esquinca

Vianey Esquinca

La inmaculada percepción

El próximo lunes regresan a clases más de 25 millones de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria en todo el territorio nacional. Finalmente, después de semanas de tortura, los padres y madres de familia podrán tener un respiro y descansar de sus chilpayates.

Hay una escuela en la que todos los ojos estarán puestos. Se trata de la “Escuela Primara Pública México”, en donde sus estudiantes son singulares personajes. Se habla que en esa institución vendrá una 4ª transformación, en la que se le dará una buena hojalatería y pintura, quitándole así el grafiti y arreglando la tubería.

Por primera vez, el jefe de grupo será Andresito, un tabasqueño que no solamente coordinará a los estudiantes, sino que además se quedó como abanderado de la escolta y primer lugar en el cuadro de honor. Por si fuera poco, es el consentido de la maestra y la directora le hace los mandados.

Con tanto poder, todo mundo se pregunta qué será del niño que durante años compitió para quedarse al frente del salón sin lograrlo. En estas elecciones, prometió que le iba a preguntar a toda la escuela si debían continuar con las clases de Español, Matemáticas, Ciencias Naturales y Sociales; si la cooperativa debía dar gratis refrescos y si las clases tenían que ser de lunes a viernes. Se comprometió también a construir una tirolesa de su casa a la escuela y sustituir las clases de educación física por los juegos de beisbol. Eso sí no lo va a preguntar a los alumnos, porque sabe que todos estarán de acuerdo, entonces no tiene caso perder el tiempo. 

Andresito se ha sabido entender con los niños fifís de la escuela, esos que antes lo consideraban poca cosa y hasta le sacaban la lengua, pero que hoy, como le tienen miedo, le compran sus chescos y dicen que van a apoyarlo para que la escuela México admita más niños y todos sean felices. Es más, hasta se sacan fotos con él y lo invitan a sus casas.

Por supuesto, estar al frente de los alumnos no es fácil, entonces se ha rodeado de estudiantes que se la han pasado reprobando año tras año, y que son unos verdaderos fósiles, pero que tienen mucha experiencia escolar, como son Manuelito o Nachito, quienes incluso han acompañado a otros jefes de grupo en sus gestiones. Toda la escuela está feliz con Andresito, lo esperan con ansias porque piensan que podrá controlar el bullying, el acoso escolar y que se roben las tortas entre los niños; que finalmente las cuotas regresen a la escuela y que los comités de padres de familia realmente se dediquen a operar y no a grillar. 

Casi nadie pela a Enriquito, quien todavía es jefe de grupo. Además, aunque su encargo es hasta el 1 de diciembre, él realmente ya no entra a clases y se va de pinta con sus amiguitos Luisito, Ponchito, Gerardito, Pepe Toño, Joaquincito, Pedrito, Ottito y todos los demás. Se dice, incluso, que ellos ya limpiaron su pupitre y tienen un pie fuera de la escuela. Parecería que realmente lo único que les importa es no hacer enojar a Andresito para que no les raye sus cuadernos.

Por cierto, entre las novedades este año, regresará la niña Elbita Esther, a quien habían expulsado hace 5 años por robarse un examen, el dinero de la cooperativa y hacerle transas a sus compañeros, pero como se hizo amiga de Andresito y dicen que hasta tesorera de la tiendita la pueden nombrar.

Así pues, todos están listos para entrar a la escuelita con lo que seguirán utilizando la Reforma Educativa, al menos hasta que Andresito y sus amigos cumplan su promesa de derogarla.

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