Sebastián Luri

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El futbol y sus alrededores

Futbol, valor e integración

16 de Octubre de 2019

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Ansu Fati, el niño guineano que hace poco más de un mes debutó en el Barcelona con 16 años, convirtiéndose en el jugador más joven de la historia en marcar con la playera azulgrana, superando a Bojan (17 años y 53 días) y a Messi (17 años y 331 días), acaba de recibir la nacionalidad española e inmediatamente fue convocado por la roja Sub 21.

La historia de los Fati, para su fortuna, no es una más entre las memorias de tantos de cientos de miles de ciudadanos africanos que llegan a Europa con la ilusión de encontrar las oportunidades eternamente relegadas en el continente olvidado.

Bori Fati, el padre del nuevo prodigio blaugrana, se instaló en 2003 en Herrera, un pequeño pueblo de Andalucía. Luego de trabajar en las obras del tren AVE para una empresa portuguesa, se quedó sin trabajo y se encontró con una coyuntura que no le sucede a muchos de los ciudadanos en su condición. En medio de la ola de xenofobia que enferma a algunos países europeos, se topó con la solidaridad, no sólo de la gente del pueblo que le ayudó a encontrar trabajo, sino del estado, que a través del Ayuntamiento le facilitó una vivienda, y en 2009, por una gestión del alcalde de Marinela, José Manuel Sánchez Gordillo, el sueño de traer a su familia desde África a territorio español.

El pequeño Ansu, que sin la dicha de poder ser observado por su padre, en su niñez pintaba de talento las calles de Guinea, cuando llegó a España utilizó su capacidad para jugar a la pelota como su mejor carta de presentación en la escuela y su mayor valor de integración. ¿Qué niño no quiere tener en su equipo al mejor del barrio? 

Luego de tres años de jugar en Los Peloteros de Herrera, el Sevilla lo incorporó a su cantera, pero, al año siguiente, Albert Puig lo convenció de llevarlo a la Masía.

Ya en Can Barca, a pesar de haber nacido en 2002, fue parte de la exitosa camada 2001, donde formó una delantera temible con Take Kubo, el joven japonés que incorporó este año el Real Madrid.

Tubo una lesión muy seria e inusual en la adolescencia (rotura de tibia y peroné) y fue perjudicado por la sanción FIFA que recibió el Barcelona, pero nada detuvo su proyección.

Las federaciones de futbol de Portugal y Guinea-Bissau iniciaron gestiones para contar con el crack culé en sus representativos nacionales, pero el padre del fenómeno manifestó que Ansu siempre tuvo claro su deseo de jugar con España.

El pequeño de los Fati no sólo es talentoso, sino también una persona agradecida.

 

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