Copa Oro y Copa VAR

El triunfo del Tri en la Copa de Oro tiene como máximo activo la legitimidad de Martino ante todo el medio futbolístico mexicano como un entrenador con los pergaminos suficientes para llevar las riendas de la selección.

Si bien, como dijo el argentino, ganar o perder el partido final no debería modificar el análisis del rendimiento individual y del conjunto en todo el torneo, no haber ganado el título hubiese despertado la ira de los cortoplacistas poniendo al proyecto de Martino, en términos tenísticos, en una situación de match point en contra en cada nuevo compromiso del representativo nacional.

El equipo mostró todas sus caras a lo largo del campeonato; desde pasajes de dudas con rivales inferiores, a su mejor rendimiento ante el rival más difícil en el momento más determinante, el segundo tiempo de la final. Martino sale reforzado de este torneo quedando de manifiesto tres variables que generan ilusión: 1) El equipo tiene una idea clara de juego; falta muchísimo, pero los jugadores entienden lo que quiere el entrenador. 2) El plantel está con él, algo fundamental para aspirar a cosas grandes. 3) Martino no es un fundamentalista y gestiona sus equipos desde la normalidad. En la línea de Del Bosque o Ancelotti, es un cultor del sentido común.

El objetivo de este proceso es mejorar la participación mundialista en Qatar, para ello, la Copa Oro fue un primer paso necesario para sentar las bases sólidas para las eliminatorias.

Falta mucho, pero fue un buen inicio.

Brasil fue un merecido ganador de la Copa América. Fue el mejor equipo en un torneo con poco brillo futbolístico, que hizo manifestar, en muchos de los futbolistas de las diversas selecciones que juegan en la elite europea, el ADN de sus competiciones de origen; demasiada fricción y poco juego. Sin una gran figura para destacar, el VAR fue gran protagonista. Personalmente, siempre tuve reticencias en cuanto a su implementación, pero al argumento de mejorar la justicia no existe sustento capaz de combatirlo. Dando esa batalla por perdida, y ya sin más remedio que acompañar su incorporación, debo decir que no hay injusticia más grande que contar con el VAR y no utilizarlo o, lo que es peor, que queden muchas dudas sobre el procedimiento para revisar las jugadas.

Conmebol, con razón o no, en este caso es la que salió sospechosa. Para que no vuelva a suceder hay un gran camino que recorrer en cuanto a la transparencia en el proceso de su utilización.

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