Que la pandemia no nos ciegue

Ese es parte del impacto indirecto que ha tenido la pandemia en los ojos de las personas, advierte Valeria Sánchez Huerta, quien se convirtió en la primera mujer en estar al frente de la APEC, Hospital de la ceguera.

Como directora general del hospital más importante del país en este rubro, cargo que hay que celebrar que sea ocupado finalmente por una mujer, Valeria pide estar alertas en esta temporada de pandemia y no descuidar los tratamientos de los ojos.

Sánchez Huerta recuerda y advierte que hay enfermedades que causan ceguera irreversible, como el glaucoma por diabetes, la retinopatía diabética y la degeneración macular, que no duelen ni avisan.

Hay que recordar que por esta pandemia muchas consultas fueron canceladas y postergadas, que en algunos estados y en la CDMX están en semáforo naranja. Y aunque los servicios de urgencias estuvieron abiertos, la gente no acudió a los hospitales por temor a contagiarse.

De acuerdo con Sánchez Huerta, del 50% de los pacientes con problemas visuales severos, 12% regresó con afectaciones importantes en sus ojos. Lamentablemente, uno de los mayores problemas en torno al cuidado de la salud de los ojos es que la gente llega cuando sus problemas se encuentran en etapas o fases muy avanzadas.

Es por ello que Valeria Sánchez, quien es médica oftalmóloga con alta especialidad en córnea y retroactiva, exhorta a la población con enfermedades en los ojos a que no dejen de realizarse sus chequeos y a que no suspendan sus tratamientos, con los cuidados debidos, para evitar contagios por covid-19.

Porque, recuerda, si los problemas de la vista se detectan en etapas tempranas, es posible tratarlos con éxito. Así es que no descuidemos nuestra vista y procuremos que la pandemia no nos ciegue.

El etiquetado, afirma, irá acompañado de varias propuestas que buscarán alcanzar en este sexenio, como reducir la publicidad de productos utraprocesados para niños en eventos deportivos y en horarios nocturnos. También, una vez que regresen los niños a las escuelas, se buscará que estos productos no ingresen a las cooperativas escolares.

Lo de Oaxaca y Tabasco, dice Juan Rivera, es una iniciativa que “nos sorprendió a todos los que hemos luchado a favor de un etiquetado y creo que es válido. Que sean los padres de familia los que decidan si le dan o no el refresco y productos con alto contenido de grasa, azúcar y sal a sus hijos”.

La mala, para ellos, es que el juzgado Séptimo de Distrito en Materia Administrativa, con sede en la CDMX, les negó, de manera definitiva, la suspensión que pidieron para que no entrara en vigor el etiquetado durante el tiempo que dura el juicio de amparo que promovieron. El etiquetado no se detiene.

La buena, también para ellos, es que el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa le otorgó una suspensión a una empresa para que las autoridades no puedan ordenar la destrucción de los productos que hayan sido elaborados antes del 1 de octubre (y que no tengan el etiquetado) ni puedan ser retirados de los anaqueles de las tiendas.