Oculta covid-19 falta de medicinas para otras enfermedades

De otra manera, ya se habrían percatado que en las clínicas y hospitales del gobierno comienza a faltar lo más básico, desde paracetamol, loperamida y diclofenaco, hasta fármacos muy especializados para atender enfermedades como el VIH-sida, cáncer, cardiovasculares, diabetes, hipertensión o padecimientos inmunológicos e intestinales. Eso sin contar que ya estamos en mayo y las vacunas comenzaron a llegar apenas hace un par de semanas.

Se estima, de acuerdo con el informe del colectivo Cero Desabasto, que las consultas para pacientes no covid-19 cayeron un 52% en el sistema de Salud, lo que equivale a 45 millones de consultas menos. Estos datos coinciden con reportes del Inegi que señalan que, por ejemplo, del 51% de derechohabientes del IMSS, sólo 32% refirió atenderse en el Seguro Social.

La situación les ha pegado a todos los sectores, incluidos los grandes institutos nacionales de Salud y hospitales federales, en donde el beneficio de la gratuidad en la atención se diluye cuando los pacientes tienen que comprar algunas de las medicinas que les recetan sus médicos.

Y aquí no importa si la bolita por las fallas en la compra de medicamentos y el desabasto se la echan entre sí los diferentes organismos del gobierno federal, como el Insabi o Birmex, o si se responsabiliza a organismos internacionales, como la Unops. Lo relevante es que los perjudicados son los millones de pacientes que tienen que comprar sus medicinas.

El informe del colectivo Cero Desabasto, impulsado por Nosotrxs, que agrupa a 50 organizaciones de pacientes y diversas personas de la sociedad civil, señala que el IMSS no pudo surtir 16 millones de recetas médicas, el triple de las no atendidas en 2019. Mientras que el ISSSTE no surtió un millón de recetas médicas.

En 2020, establece dicho informe, cayó en 41% la aplicación de vacunas a infantes, ya que hay desabasto de biológicos contra la tuberculosis, difteria, tosferina y tétanos.

La población está pagando el borrón y cuenta nueva en la adquisición de medicinas que, hasta el momento, no termina de cuajar. Y como el gobierno federal no contempló un plan B, en estos momentos cada institución de Salud tuvo que comprar sus medicinas, de momento, por adjudicaciones directas y más caras.

Parte del problema se deriva del hecho de que el llamado home office ha provocado que las personas pasen más tiempo sin moverse o sentadas en muebles de casa que no están diseñados para este fin. Así que a moverse y caminar unos 40 minutos diarios para evitar problemas en la espalda.

Que en el sector privado ven con buenos ojos la tarea que está haciendo Alejandro Svarch Pérez, al frente de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitario, de la Secretaría de Salud, porque ya opera como un organismo más abierto al diálogo. Al menos eso es lo que asegura Jorge Ancona, gerente general de la División Farmacéutica de Bayer México, quien también comenta que están a la espera de que la Unops les adjudique los contratos para la compra de diversas medicinas, una vez que como laboratorio ya cumplieron con todos los pasos establecidos para cerrar la operación. Igual que varias empresas que están al pendiente de lo que les diga en el organismo dependiente de la Naciones Unidas.