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La tragedia del covid-19 adquiere rostro indígena

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

El rostro de la tragedia, originada por el SARS-CoV-2, se pinta de pobreza y marginación.

En el día 146 de la pandemia en México llegamos a 40 mil 400 muertes. Y lo peor está por venir. Pero el golpe de covid-19 será selectivo. Desde hace cuatro semanas, los casos de coronavirus se están concentrando en las zonas rurales e indígenas del país. Datos del gobierno y de la Organización Panamericana de la Salud apuntan a que este sector de la población registra un incremento acelerado de casos.

Las autoridades, de salud y del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, lo saben. Y así lo plasmaron en su informe denominado Covid-19 México: Panorama en Población que se Reconoce como Indígena, del 18 de julio de 2020.

Tan sólo en este periodo se registraron cuatro mil 643 casos de indígenas que dieron positivo a covid-19 y 733 que murieron. La mayoría son amas de casa, empleados, campesinos, comerciantes en mercados fijos y ambulantes, jubilados y obreros.

El coronavirus ha llegado a todas las poblaciones del país. No hay entidad que se salve. Pero, de momento, el mayor número de casos positivos se concentra en los estados de Yucatán, Oaxaca y el Estado de México. Y la mayoría de muertos en Quintana Roo, Puebla y la Ciudad de México.

Si hay un grupo poblacional que siempre ha vivido en la marginación y en la pobreza, olvidados muchas veces por los programas sociales, carentes de acceso a los servicios de salud, esos son los 25 millones de indígenas que ahora les está comenzado a pegar el covid-19, especialmente en las zonas rurales.

El riesgo de un indígena de fallecer por covid-19 es siete veces mayor con respecto a otro enfermo, conforme lo ha advertido acertadamente Pascual de Jesús González, presidente del Movimiento de Pueblos, Comunidades y Organizaciones Indígenas.

El propio Pascual también ha destacado que mientras el promedio del grado de letalidad por covid-19 en el país es de arriba del 10%, en las comunidades indígenas esta cifra es del 17.5 por ciento.

No hay que perder de vista que muchas localidades de este sector de la población no tienen los grandes hospitales que hay en las ciudades y que para llegar a donde los atiendan tienen que caminar o transportarse durante varias horas. Cuentan con centros de salud, pero muchos de ellos sin medicamento ni personal especializado.

La Secretaría de Salud, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), dirigido por Juan Antonio Ferrer, y el IMSS-Bienestar, bajo el mando de Zoé Robledo, tienen una gran tarea por delante.

Ésta, aseguran, en coordinación con las secretarías de Salud estatales, será identificar de manera oportuna los brotes de transmisión activa para contención comunitaria. Con eso se salvarán vidas. Ojalá que, a diferencia de lo que ha ocurrido en las grandes ciudades, en las zonas rurales e indígenas sí prevengan, identifiquen a tiempo y refieran oportunamente a los hospitales los casos graves.

 

ABATELENGUAS

Aguas con el dengue. Llevamos cinco mil 48 casos y 17 defunciones y apenas va un mes de lluvias. El 61% de los casos confirmados corresponden a Jalisco, Michoacán, Veracruz, Tabasco y San Luis Potosí. Comparando cifras del año pasado a lo que llevamos de éste, se registran incrementos. Este mosquito, causante de muchos dolores de cabeza para la Secretaría de Salud en sexenios pasados, puede ocasionar presión sobre los servicios de salud, que de por sí ya tienen cargas importantes por el covid-19.

 

BAJO EL MICROSCOPIO

El Consejo de Salubridad General tiene listo el Compendio de Medicinas para el 2021, por lo que se alistan las compras para todo el sector salud. Sólo que hay un problema: no hay un mando que se encargue de dirigir este tema, ni en la Secretaría de Salud ni en Hacienda. Quien tenía el control de estas compras era la exoficial mayor de Hacienda y ahora titular del SAT, Raquel Buenrostro. En teoría le heredó esta tarea a su sucesora, la ahora oficial mayor, Thalía Lagunas. Pero la realidad es que Lagunas no cuenta con el derecho de picaporte que tiene Buenrostro con el Presidente. Y ahora hay tantas manos metidas en la compra de medicinas, que ni en la industria farmacéutica ni en el propio gobierno saben qué puerta tocar para revisar el tema.

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