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El cáncer en la 4T

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

La atención de los pacientes con cáncer será uno de los temas que más marcarán las políticas públicas del sector salud durante todo el gobierno de la 4T.

¿Y por qué digo que ésta será una de las enfermedades que marquen esta administración?

Porque no sólo es la tercera enfermedad que más muertes provoca, sino porque, también, es uno de los males que se detectan y se diagnostican en etapas muy avanzadas, en las que ya no hay cura.

Pero, de manera destacada, porque las medicinas —lo mismo para el cáncer de estómago, páncreas, mama, colorrectal, pulmón, leucemias, linfomas o mielomas— son de las más caras que hay en el mercado y porque la mayoría las producen y concentran, básicamente, cuatro firmas farmacéuticas.

Por eso es que, tan sólo en la compra consolidada de medicamentos de años pasados, las farmacéuticas Novartis, AstraZeneca, Roche y Pisa concentraron poco más del 50% del volumen de fármacos adquiridos por el sector salud público para la atención del cáncer (El Financiero 5/II/2019).

Y esto se debió a que estos laboratorios son los únicos que producen las medicinas que se requieren, pues son quienes tienen la patente de las mismas o los genéricos. Frente a esta situación, el gobierno enfrenta la disyuntiva de negociar con las farmacéuticas que manejan el mercado; buscar opciones de compra en el extranjero, lo que genera ciertas dudas sobre la calidad de las medicinas, o buscar producir los genéricos que sí están autorizados y que nadie más produce.

Eso por lo que toca a los medicamentos. Pero a nivel de la atención de esta enfermedad, esta administración también tiene frente a sí el reto de atender la falta de especialistas, pues se estima que en el país sólo hay mil 700 oncólogos, cuando se considera que deberíamos tener, al menos, el triple de esta cifra. Dicha situación genera que, actualmente, para que un paciente llegue con el oncólogo pasen de cuatro a seis meses, lo cual se vuelve mucho tiempo para una enfermedad que se puede curar si se detecta en sus inicios, pero que se vuelve letal en etapas avanzadas.

Precisamente por eso, ayer, en el marco del Día Mundial Contra el Cáncer, la organización Juntos Contra el Cáncer, que agrupa a más de 30 organizaciones civiles, puso un reto al gobierno federal: “62 días máximo, entre la detección y el inicio de tratamiento para personas con cáncer, sin importar la institución donde el paciente sea atendido”.

Suena bien. Esperemos que acepten el reto. Y que la marca que dejen en la atención de esta enfermedad en la actual administración sea para bien.

 

ABATELENGUAS

En el arranque de actividades del Congreso de la Unión queda claro que el tema de la mariguana va a dar mucho de que hablar y va a ser muy interesante ver qué posturas asumen los legisladores de todos los partidos, pero, en particular, los de Morena. Porque si en un partido no se han puesto de acuerdo es precisamente en éste. Y eso que desde Palacio Nacional la señal está muy clara: la idea de que se avance en la aprobación del consumo lúdico en todas sus variantes nada más no le cuadra al presidente Andrés Manuel López Obrador ni al secretario de Salud, Jorge Alcocer, ni al titular de la Cofepris, José Novelo. Va contra toda su campaña, Juntos por la Paz, para combatir las adicciones.

 

BAJO EL MICROSCOPIO

Que el protocolo para atender pacientes con coronavirus en México todavía no está listo. La Dirección de Epidemiología y el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (Conave) trabajan en la emisión de los lineamientos de vigilancia epidemiológica y el diagnóstico por laboratorio para difusión y aplicación en todas las instituciones y hospitales del sector salud. Espero que el virus no les gane a llegar al país.

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