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Al hospital, entre ambulancias, carrozas y llantos

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

“Por mis dolencias urológicas debo asistir irremediablemente cada 10 o 15 días al Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE, hospital covid por excelencia.

“Es decir, toreo al coronavirus de vez en vez. Hoy martes 15 me tocó asistir.

“Saturada como nunca la farmacia. El ingreso al hospital con largas filas. El patio siempre libre para el ingreso de ambulancias, saturado.

“Cuatro ambulancias esperaban el respectivo triage para el ingreso de sus respectivos pacientes, todos covid. De pronto el lloradero. Salen a avisar a la reja que el ocupante de la tercera ambulancia acababa de fallecer. Que contrataran funeraria.

“Para salir del hospital se alistan cuatro carrozas fúnebres ya con sus respectivos muertitos. Uno de ellos, un joven de 28 años. Crece el lloradero.

“No quise tomar fotos. Ni ánimo me dio. Más real que nunca este mortífero de pobres. Salí lleno de temores. Por mí y por no ser un contagiador”.

Este es el relato de uno de tantos pacientes que se han visto en la necesidad de seguir yendo a los hospitales para salvar su vida. Circuló en un chat de pacientes. Verificada su autenticidad, el autor del mismo pidió no dar su nombre para no tener complicaciones con sus consultas. Pero me autorizó publicarlo. Y lo hago porque retrata lo que está pasando en estos días en todas las clínicas y hospitales.

Ambulancias y carrozas fúnebres por todos lados. El peregrinar de la gente, en busca de un lugar en el que un familiar o amigo sea atendido, se ha incrementado. Lo mismo que los hospitales públicos y privados que cada vez más anuncian que están al tope.

La compra desesperada de oxímetros y tanques de oxígeno. “Ni cuando se tuvieron los picos más altos de contagio en junio-julio”, aseguran en la empresa Infra, que se dedica a la venta de estos productos. La situación es tal que un tanque de oxígeno pequeño llega a costar hasta siete mil 200 pesos.

Y mientras tanto, ya son 10 meses en los que el personal de salud no ha descansado, muchos se han enfermado y otros han fallecido.

Por todo esto, en qué cápsula del país vivirá el secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien considera que la pandemia por covid-19 está controlada en la mayoría de los estados.

Sería bueno que tanto él como su subsecretario, Hugo López-Gatell, no se queden sólo en sus oficinas, sino que también salgan a recorrer los hospitales para que en verdad se vea ese trato humano y sensible del que tanto se quejaban que no tenían muchos médicos.

 

 abatelenguas

El covid-19 ha impactado a todas las enfermedades. Y ha sumado más muertes.

Desde hace siete años, por ejemplo, no se había rebasado el número de muertes maternas. Sí, las mujeres han sido impactadas en todos los rubros por esta pandemia. La mortalidad materna no cesa y se ha agravado con la llegada del coronavirus. 

Desde mayo se convirtió en la primera causa de muerte en las mujeres embarazadas y casi al cierre de este año son 876 mujeres, en un promedio de 30 a 34 años de edad, que han perdido la vida, entre otras causas, por el covid-19, por hemorragias o enfermedades hipertensivas o infecciones. La razón de mortalidad materna es de 45.5 defunciones por cada cien mil nacimientos. Se trata de la cifra más alta desde el 2013, cuando se tuvieron 853 defunciones.

 

 bajo el microscopio

Cómo estarán las cosas que para hacer frente al gasto en materia de salud y en plena pandemia de covid-19, en sesión extraordinaria de Junta Directiva del ISSSTE, se aprobó el uso de las reservas financieras, que son de 20 mil millones de pesos. Con este apoyo, dijo Luis Antonio Ramírez, director de este instituto que atiende a más de 10 millones de trabajadores del gobierno, garantizamos la continuidad de los servicios. Ojalá que no se gasten todo, porque, a diferencia del IMSS o de la Ssa, el ISSSTE es la institución que más ha sido castigada en presupuestos en los sexenios pasados, y ahora que está lo de la pandemia, los más afectados han sido sus médicos y la derechohabiencia.

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