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En la Cuarta Transformación, el disenso legitima

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

A poco menos de un mes de tomar protesta como presidente constitucional de México, Andrés Manuel López Obrador tiene un proyecto de nación que ha presentado públicamente desde el inicio de la campaña, esto formó parte de la obligación legal para participar en la elección federal.

La gran prioridad, la lucha contra la corrupción, tiene que ver con una acción multilateral que integra abatir la pobreza y la desigualdad, así como enfrentar a la inseguridad y la violencia.

Este proyecto de nación incluye obras públicas que generarán riqueza y empleo en las zonas más olvidadas por todas los anteriores administraciones, a la fecha, son mexicanos invisibles, los pobres, los desposeídos, los que siempre han tenido las menores oportunidades.

Sí hay proyecto de gobierno, aun sin haber comenzado a gobernar, ha marcado la agenda política del país desde el 1 de julio; los adversarios parece que continúan con los trastornos del insomnio, ése que no les permite conciliar el sueño ante la realidad de haber perdido el poder con tal paliza electoral.

Se entiende, pero no se justifica la polarización provocada desde los que tienen la responsabilidad del uso de un micrófono, una Cámara o una pluma en los medios de comunicación, o en redes sociales, esa histeria colectiva es, en identificados personajes, quienes estaban acostumbrados a ser el “4to poder”, pero absorbidos por el Estado, la prensa oficialista, la acompañante a cenas suntuosas y los privilegiados de los polvos del virrey.

Sí, hay proyecto de gobierno y hay proyecto de nación, lo sabemos quienes fomentamos el amor a la patria, los que creemos en la honestidad, los que con humildad nos alegramos por el triunfo.

Hoy veremos concretarse proyectos nacionales de beneficio social y popular en las zonas más pobres del país, donde, por supuesto, también, habrá enorme participación de las empresas.

Las puertas existen para abrirse y cerrarse, cada quien sabe si queda dentro o prefiere vivir afuera.

El Tren Maya, la carretera transístmica, la zona libre de la franja fronteriza, las refinerías, la concentración de las delegaciones federales, las modificaciones legislativas que hoy son ya una realidad, forman parte de ese proyecto que se prometió en campaña y que hoy empieza cristalizarse.

Se acabaron las ilegales e inmorales pensiones a los expresidentes, se aplicará la extinción de dominio a los hechos de corrupción y delitos fiscales, además de considerarse de prisión preventiva oficiosa.

Se comienza a dignificar el ejercicio del servicio público, donde servir debe ser un estilo de vida y no enriquecerse como algunos lo hicieron, se le otorgará al pueblo el poder de decisión para legitimar las acciones de gobierno.

El proyecto de la Cuarta Transformación se llama México, donde se prioriza la decisión política por encima de la económica, la social por encima de la élite y la legal por las malas costumbres de la impunidad.

Los que añoran el autoritarismo y la corrupción como hábito. deberían cumplir su promesa de buscar otros horizontes más allá de nuestras fronteras, aquí eso quedó desterrado.

A diferencia de la tradicional forma de hacer política en nuestro país, donde el presidente era visto como un Tlatoani, hoy se funda una en la que una asamblea definirá sus prioridades democráticamente.

Las diferencias ideológicas, la crítica, el disenso, legitima las acciones de gobierno.

En México todos tenemos derecho a expresarnos, pronto veremos expresiones de quienes, incluso, no estaban acostumbrados a pisar la vía pública.

Es bueno que mucha población antes apática, se interese en las actividades del Congreso y en las revistas especializadas en política.

El casi Presidente constitucional empezará el sexenio con el pie derecho, lo acompañamos más de 30 millones de electores y se siguen sumando, incluso quienes no votaron por él. Los que creen que no hay proyecto, los invito a promover la reconciliación, todos los comienzos deben entusiasmarnos, intégrense a hacer juntos historia.

                Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM.

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