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Adiós tlatoanis; bienvenido Presidente 67

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

700 años gobernaron los tlatoanis: Ténoch, Acamapichtli, Huitzilíhuitl, Chimalpopoca, Itzcóatl, Moctezuma, Axayácatl, Tizoc, Ahuítzotl, Moctezuma Xocoyotzin, Cuitláhuac y el gran Cuauhtémoc.

En nuestra nación hemos tenido toda suerte de gobernantes en la primera magistratura, desde: emperador, Presidente constitucional, vicepresidente, Presidente interino, Presidente sustituto, Presidente de facto, Presidente provisional y Presidente convencionista hasta Presidente legalista.

Los presidentes de México en esencia nunca dejaron de ser tlatoanis, quienes con un poder divino eran emisarios de los mismos dioses, la palabra de los presidentes convertida en ley, en una simulación de división de poderes, convertido en un ente de poder supremo, donde es temido más que respetado, el Presidente de la República creó a su vez a sus virreyes en las figuras de los gobernadores estatales, estos cuasi tlatoanis ejercen las mismas facultades autoritarias en cada demarcación, a la sombra de la impunidad que el majestuoso Poder Ejecutivo otorga..

El tlatoani, disponía de la vida de los gobernados, de las tierras y recursos naturales, éste sancionaba o indultaba, otorgaba títulos nobiliarios y privilegios, era un ser omnipotente, siete siglos hasta la llegada de los españoles, ejercieron ese poder absoluto bajo sus súbditos.

¿Qué tanto cambió nuestro país después de la Independencia? México es una nación que nació con serios problemas financieros, con una deuda brutal y recursos ya destinados para el salario de los servidores públicos y artilugios de guerra. Los vecinos extranjeros desde entonces estaban interesados en saquear nuestros vastos territorios. Siempre latente la revuelta, una difícil lucha por el poder de los que añoraban el cetro de mando, el penacho que usaron los tlatoanis. Nuestros colores patrios fueron parte de la negociación política para la gobernanza: la independencia el verde, la religión el blanco y la unión el rojo. Colores que a la fecha nos hermanan bajo un mismo sello de mexicanos. El gobierno de Juárez tuvo un reto interesante, se dedicó a cultivarse para enfrentar a los los blancos y criollos, que creían sólo para ellos el poder; después de hacerse abogado, juez, magistrado, diputado, secretario de gobierno y gobernador de Oaxaca, fue uno de los presidentes más admirados de origen zapoteco que gobernó México durante 14 años.

Emitió las controvertidas Leyes de Reforma que son la base que sustenta varios principios constitucionales que a la fecha nos rigen, entre ellos la separación de la Iglesia del Estado. Declaró: “Pues si hemos de tener una guerra por cada nueva ley, que en una guerra se resuelvan todas” así se dio inicio a una sangrienta gesta que permitió sacudir del poder a los conservadores y un emperador de esa época. Nuestro país se tuvo que reinventar.

En 1910 México tenía un 70% de la población en condición rural, de los cuales sólo el 30% sabía leer y escribir, el poder económico estaba concentrado en un pequeño grupo privilegiado burgués, todos ligados al dictador Porfirio Díaz, dueños de los negocios públicos relacionados con transportes, petróleo, comercio, obras y administración.

Surgió un hartazgo generalizado de norte a sur del territorio nacional, los abusos de los poderosos, la corrupción y lo agravios sociales crecieron de una forma incontenible. Los caudillos prefirieron el resultado de las balas a la de la democracia y la política.  Hoy estrenamos un digno Presidente.

AMLO es la esperanza de millones de mexicanos. Hay un rompimiento histórico con el pasado, inicia una nueva transformación pacífica, con un gobierno legítimo, emanado del pueblo y para el pueblo. Es bienvenido no sólo por los compañeros de lucha desde hace décadas, sino por todos los mexicanos que deseamos el bien común y el amor al prójimo, por académicos, estudiantes, amas de casa, soldados, marinos, policías, servidores públicos, empresarios donde coincidimos que gobernará con talento y justicia, es hoy un orgullo nacional e internacional. Bienvenido Presidente 67.

 

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