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Rayo mexicano

Ricardo Pascoe Pierce

Ricardo Pascoe Pierce

En el filo

 

México rebasó a todos como un rayo. Fue tan rápido que nadie se percató cabalmente de lo que sucedía. Pero de que sucedió, consta en los anales históricos de la pandemia covid-19 que azota al mundo. De hecho, lo registra la Universidad Johns Hopkins, a través de su Coronavirus Resource Center.

 

  • A la hora de escribir esto, domingo a las 12 horas, México rebasó a India, en cuanto a muertes por covid-19 se trata, por más de 4 mil decesos. Hace tres días, México seguía abajo de India, pero nuestro crecimiento exponencial de muerte y destrucción es innegable. Ese país del subcontinente indio tiene una población 10 veces superior al nuestro. A pesar de ello, ha podido contener el número de muertes diarias, a diferencia de México.

Nuestras autoridades han sido incapaces de frenar la ola de muertes que azota el territorio nacional. Ahora sabemos, gracias a datos del Inegi, que el número de muertos supera los 400 mil. La estadística oficial no sólo es ineficiente. Es mentirosa, porque queda claro que la mayoría de los mexicanos muertos por covid-19 fallecieron en sus casas, no en los hospitales.

Como respuesta a la trágica circunstancia mexicana, aparece el Presidente en un anuncio de YouTube, vestido con un gigantesco y mal ajustado abrigo, para decirnos que no pasa nada, que el final de la pandemia está a la vista y que la economía va muy bien. Es decir, “todo bien, yo estoy bien, no pasa nada”. Sobre la rara vestimenta presidencial, el comentario médico fue: “El bulto que se percibe debajo del abrigo puede ser un tubo de venoclisis. Y en la mano tapada con una manga larga probablemente oculta una venda o adhesivos”.

 

  • El hecho de que el Presidente esté siendo magníficamente atendido y que aparece en esa extraña escena en YouTube está bien. Pero inmediatamente recuerda el paseo de Trump cuando sale del hospital militar Walter Reed en su limusina para saludar a sus seguidores y mostrar que el coronavirus no afecta a los gobernantes.

Lo que desconcierta y desalienta de las palabras presidenciales, aun después de haber contraído coronavirus, es que no cambie en nada su percepción sobre la realidad del país ni se sienta obligado a repensar las prioridades de su gobierno hacia adelante, como sí lo hizo Boris Johnson. Todo seguirá igual que siempre en México.

¿Quién dijo que es de sabios corregir? Esa regla no parece ser aplicable en los pasillos de Palacio Nacional.

 

  • Y México sigue avanzando fatalmente en número de muertos. Lo más probable es que, con datos reales, ya seamos el primer lugar de fallecidos en el mundo. Por lo pronto, el rayo mexicano sigue su implacable y mortífero rumbo.

 

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