Fugas

La fuga más espectacular en lo que va del sexenio sigue siendo el apresamiento e inmediata liberación de Ovidio Guzmán López, el 17 de octubre de 2019, en Culiacán, en el estado de Sinaloa.

La Secretaría de la Defensa Nacional reservó, por cinco años, toda la información referente al caso, para evitar que “la divulgación de esta información pueda provocar que la delincuencia organizada que opera en todo el país estime los efectivos y capacidades del Ejército para tratar de emular en otras ciudades los hechos ocurridos en Culiacán.” 

Demasiado tarde para eso.

En conferencia de prensa, el secretario de la Secretaría de la Defensa Nacional, el general Luis Cresencio Sandoval González, dio el nombre, rango y adscripción del supuesto responsable del desaseado operativo realizado aquella vez en Culiacán.

Dentro de las filas castrenses esa revelación fue vista como una traición a “uno de los nuestros”.

Ahora México amaneció con otra fuga, involucrando, como sucedió en el caso de Culiacán, al Cártel de Sinaloa y funcionarios de la Cuarta Transformación.

La fuga de Víctor Manuel Beltrán Leyva, cabeza financiera del cártel y socio cercano de los hijos de El Chapo Guzmán, entre ellos Ovidio, ocurre cuando se encontraba en proceso para ser extraditado a Estados Unidos. Beltrán Leyva y dos acompañantes pasaron cinco esclusas para salir caminando del Reclusorio Sur con toda tranquilidad, esfumándose en el acto.

Han sido arrestados once servidores públicos acusados de haber coadyuvado en el aparatoso escape de los tres reos. Por la fuga han sido destituidos el encargado del reclusorio y el subdirector de seguridad.

Llama la atención que no hay un director del reclusorio, sino un encargado, ni un director de seguridad.

Es, aparentemente, el mejor momento para organizar una fuga: la ausencia de directivos responsables dejó todo en manos de funcionarios menores, los clásicos chivos expiatorios, mientras los altos mandos se lavan las manos de toda responsabilidad.

Así se percibió durante la conferencia de prensa de Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobierno, y Hazael Ruíz, subsecretario del Sistema Penitenciario capitalino.

Denunciaron que “hubo una evidente colusión de personal del reclusorio y funcionarios públicos”, sin reparar que esos servidores públicos fueron nombrados por ellos. 

Hazael Ruiz lleva en el puesto desde 2013 y ha estado rodeado de polémica por fugas importantes, corrupción, falta de control interno de los reclusorios y por más de 4,345 quejas por violación a los derechos humanos de los reclusos.

¿Qué relación existe entre el Cártel de Sinaloa y el gobierno de la Cuarta Transformación?, se preguntan expertos en seguridad y también en Washington.