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AMLO extrañará a Trump

Ricardo Pascoe Pierce

Ricardo Pascoe Pierce

En el filo

 

La derrota de Donald J. Trump es un tiro de flecha directo al corazón del proyecto político de Andrés Manuel López Obrador. Las razones de esto son variadas, pero terminan en el mismo lugar: ambos presidentes son representantes emblemáticos de la gobernanza del populismo a nivel mundial. Los une su gran diferencia: uno profesa ser de derecha y el otro de izquierda. Y, a pesar de que en otra época histórica esa diferencia los habría convertido en contrincantes, hoy no es así. Hoy son uña y carne porque tienen un acuerdo político que rebasa todos los límites ideológicos.

 

  • Los une su desprecio por el uso de datos oficiales sobre temas económicos, de la pandemia de covid-19, de la validez de la opinión pública y sobre sus propias capacidades para gobernar. Ninguno cree en el uso de cubrebocas para frenar los efectos de la pandemia y nunca los usan, convertido hoy en un posicionamiento político, cuando debiera ser, sencillamente, un tema de salud pública.

Ambos insisten en que sus respectivos países nunca habían estado mejor antes de sus respectivos reinados. Ambos tienen aspiraciones monárquicas, pues uno prefiere vivir en un palacio virreinal en vez de una casa presidencial moderna y funcional, mientras el otro divide su tiempo entre sus privados campos de golf y la Casa Blanca.

Ambos gobiernan ignorando la constitucional separación de poderes tradicional en ambas naciones y se han abalanzado sobre el Poder Judicial respectivo para intimidar y, así, ignorarlo para gobernar al margen de la ley. Ambos han tomado atribuciones que corresponden a otros poderes para su personal usufructo. Uno predica la ley y el orden y ordena a la policía reprimir a manifestantes mientras el otro militariza la administración pública del país para tenerlo bajo la bota militar por si se ofrece cualquier acción, sin preocuparse por la toma territorial del crimen organizado.

Ambos desarman el funcionamiento de la administración pública, uno por la vía de los hechos y el otro a través de una política de austeridad que, en la práctica, vacía al Estado de sus cuadros relevantes, imponiendo funcionarios cuyo único interés es cuidar su puesto, recibir un salario y esperar oportunidades de cohecho.

La alianza fundamental entre ellos, el acuerdo incluso no-verbal, consiste en no estorbar ni cuestionar el uno al otro mientras se dedicaban a apoderarse del aparato del Estado para transformarlo en un objeto dócil en sus manos y sólo apto para servirles en sus proyectos políticos, aunque carezcan de proyectos de nación y de gobierno. Aceptan que el otro viole las leyes de su país sin la más mínima recriminación.

Son dos gobernantes ineficientes, aunque este hecho les tiene sin cuidado. Les importa el poder y la continuidad de sus gestiones de gobierno, y no aceptan que pudieran terminar. Por eso a Trump le resulta inconcebible que haya perdido la elección.

 

  • A AMLO también le parece inconcebible, porque él también se considera blindado ante cualquier derrota electoral. Pero el barco populista se hunde, y ya no existe el salvavidas trumpista para encubrir al amigo. AMLO va a extrañar a Trump.

 

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