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En términos de justicia e igualdad en todos los sentidos: igualdad para las mujeres

Remo Moretta

Remo Moretta

Down Under


 

 

Es lamentable que en el 2020 aún haya gran desigualdad para las mujeres en diferentes niveles y partes de la sociedad. Habiendo conmemorado el Día Internacional de la Mujer, debemos recordar que las mujeres alrededor del mundo tienen mayores posibilidades de sufrir discriminación, violencia sexual y física, tortura y trata de personas.

Los altos índices de feminicidios no sólo ocurren en situaciones de guerra y conflicto armado, o donde hay crimen y pobreza extrema, sino también en donde hay afluencia —ningún sector de la sociedad está inmune—.

Necesitamos educar a las generaciones más jóvenes para crear un cambio cultural profundo y duradero, en el que entiendan que son iguales y se traten mutuamente con dignidad y respeto.

Aun cuando las mujeres conforman cerca de 50 por ciento de la población, sus niveles de representación y participación en gobierno, negocios, política y otras esferas de la sociedad se mantienen bajos y, en algunos casos, son inexistentes. Hablar de igualdad es algo, pero hay que tomar acciones concretas a nivel nacional e internacional.

Para los gobiernos, dichas acciones deben incluir cambios legislativos con estricta implementación y niveles adecuados de penas civiles y criminales, aplicados a los casos de incumplimiento. En el ámbito empresarial, sus políticas y prácticas en el lugar de trabajo deben ser de inclusión, justicia y participación en condiciones de igualdad. Se han logrado grandes avances en el área de deportes y atletismo, pero aún se debe hacer más. Los premios monetarios, patrocinios y salarios deben ser iguales, así como las transmisiones deportivas.

Las ideas anticuadas sobre roles prescritos de las mujeres en la sociedad deben cambiar por una nueva narrativa de acceso igualitario en educación, empleo y oportunidades; una narrativa que sea coordinada con acción.

Actualmente, las ministras de Relaciones Exteriores y Defensa son mujeres, al igual que la secretaria del Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio (DFAT, por sus siglas en inglés).

Desde 2016, el gobierno australiano se ha comprometido en alcanzar el objetivo de diversidad de género para que las mujeres ocupen 50% de los puestos en juntas directivas del gobierno. Asimismo, DFAT ha implementado un programa de Mujeres en Liderazgo, el cual busca incrementar el número de mujeres en puestos de alta dirección, incluyendo jefas de Misión en el extranjero.

Pagar a las mujeres lo mismo que a los hombres tiene sentido económico. Alentar a más mujeres a participar en el gobierno en todos los niveles tiene sentido político. Tener más mujeres en puestos de alta dirección tiene sentido organizacional y asegurar que las mujeres alrededor del mundo tengan acceso a la educación y sean tratadas como iguales es simple sentido común.

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