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Ayudándonos unos a otros en tiempos del coronavirus

Remo Moretta

Remo Moretta

Down Under

Hoy se conmemora el 70 aniversario del Día Mundial de la Salud, el cual se celebró por primera vez en 1950. Su propósito en ese entonces era centrar la atención del mundo en cuestiones específicas que la Organización Mundial de la Salud trataba en ese momento. Hoy no hay mejor manera de conmemorar esta fecha que centrar nuestra atención en las formas en las que podemos colaborar y coordinar nuestros esfuerzos para combatir la propagación del coronavirus o COVID-19. En las palabras del Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, ¡esta pandemia es un evento que sólo se observa una vez cada 100 años!

En otros tiempos, la gente hablaba de la devastación de la “gripe española”, pero de poco sirve atribuir a una pandemia el nombre de país. En cambio, necesitamos atenderlo, atacarlo, clínicamente y con toda la ciencia que tenemos y que podemos aplicar. Así también, debemos evaluar y entender su propagación e impacto en términos epidemiológicos, médicos, sociales y económicos —todos los cuales están presentes actualmente a nivel global—.

Está claro que los médicos y científicos del mundo están en la primera línea de batalla, tratando a los pacientes con valentía, mientras que también tratan de desarrollar vacunas en tiempos récord. De igual manera está claro que los gobiernos tienen un papel vital que desempeñar, al poner en práctica medidas que garanticen que la población lleve a cabo los protocolos, para mantenerse fuera de peligro. En algunos casos, como en México y Australia, también se ha visto que se despliegan recursos militares.

En estos tiempos difíciles es alentador ver brillar el espíritu humano y empresarial: Compañías automotrices fabricando respiradores, maquiladoras textiles elaborando cubrebocas quirúrgicos y batas para los trabajadores del sector hospitalario, la industria cosmética usando sus instalaciones para hacer gel desinfectante de manos, y las personas entreteniéndose unas a otras cantando desde sus balcones para tratar de mantener el buen ánimo.

Pero hay otro grupo en la sociedad que necesita desempeñar un papel central —de hecho, un papel vital— en la lucha contra la propagación del virus. Ese grupo está formado por personas como ustedes y yo. El distanciamiento social, quedarse en casa y las buenas prácticas de higiene son nuestra mejor línea de defensa. Como humanos anhelamos la interacción y la socialización: practicar el aislamiento físico no significa que no debamos permanecer conectados con amigos, familia, seres queridos o compañeros de trabajo. De hecho, es de vital importancia que lo hagamos. No sólo importa nuestra salud física, sino también nuestra salud mental. Mantenernos conectados de una manera segura nos ayuda a apoyarnos mutuamente cuando más lo necesitamos. Estamos juntos en esto. Ayudémonos unos a otros.

* Embajador de Australia en México

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